Muertos por emoción en la ópera

MUERTOS POR EMOCIÓN EN LA ÓPERA

 

Muertos por emoción en la ópera

 

Introducción

En la historia de la ópera, ya lo hemos dicho muchas veces, hay argumentos incomprensibles y sin mucho sentido, lo sabemos. Lo que también vemos es que también hay muertes inexplicables. De repente, ¡pum!, el o la protagonista mueren. Estos son los muertos por emoción en la ópera.

El ser humano ha llegado a controlar infinidad de cosas y situaciones que en otros tiempos nos hubieran parecido imposibles, pero lo que no ha llegado a controlar todavía son las emociones.

La culpa es de la adrenalina

La adrenalina es un neurotransmisor que se libera  en mayor cantidad cuando el sujeto percibe un peligro o una súbita y fuerte emoción. Esto dispara los latidos del corazón y si ocurre por un tiempo algo mayor del que puede tolerar, sufre un infarto y la persona muere. Si además existe una patología previa, el peligro es mucho mayor.

Si recordamos el aria Un bel dì vedremo de Madama Butterfly de Puccini, hay un momento en que Cio-Cio San dice lo siguiente cuando cuenta como será el reencuentro con Pinkerton:

Llamará a Butterfly desde lejos.
Y yo, sin dar respuesta,
estaré allí escondida,
un poco para inquietarlo,
y un poco para no morir
al primer encuentro…
Esto destacado en negrita es la emoción de Madama Butterfly, tanto amor y deseo de encontrarse con su amado le hacían temer por su vida, era una emoción difícil de soportar.

Así que sí: se puede llegar a morir de emoción, de cualquier emoción como veremos. Además, y aunque suene poco dramático, de alguna manera se tienen que terminar las óperas y que me perdonen los románticos.

 

Muertos por emoción en la ópera

Veremos cinco ejemplos de muertos por emoción en la ópera.

I due Foscari (1844) – Giuseppe Verdi

I due Foscari mueren los dos, y mueren de pena. Francesco es el dux de Venecia y su hijo Jacopo mueren por la misma causa. El padre condenó injustamente al hijo al exilio y éste no lo pudo soportar. La pena pudo con ambos.

Vamos a ver el final, con la muerte del anciano dux. Renato Bruson, Teatro alla Scala 1988, Gianandrea Gavazzeni, D’un odio infernale…

 

 

Tannhäuser (1845) – Richard Wagner

De Wagner hay más de un ejemplos de muertos de emoción en la ópera, pondré tres pero hay más. A don Ricardo le gustaba dar un final así para más de uno de sus personajes. En Tannhäuser mueren Elisabeth y Tannhäuser. Ellos habían estado prometidos, pero él un buen día se fue a vivir con la diosa Venus.Cuando decidió volver, para redimirse viaja a Roma a pedir perdón. Elisabeth lo espera y cuando ve que no está entre los peregrinos muere de pena. Desesperado regresa Tannhäuser que morirá de igual sentimiento sobre su dulce Elisabeth, llegándole por fin el perdón.

Veamos la muerte de Tannhäuser. Peter Seiffert, Peter Mattei y Ann Petersen. Staatsoper Berlin 2014. Dirige Daniel Barenboim.

 

 

Lohengrin (1850) – Richard Wagner

Elsa muere de angustia provocada por la pena de ver como se escapa su amado Lohengrin de su lado. Le devolverá a su hermano, al que no llega a abrazar, pero su curiosidad por saber el nombre y la historia de Lohengrin hacen que este amor, fracase.

El coro concluye la ópera con un amargo Weh! ( ¡Ay! ), y es que también para una ópera que podía acabar bien y sin que muriera la protagonista, va Elsa y lo estropea. Recordemos que todas las protagonistas de óperas de Wagner, menos Eva de Los maestros cantores, mueren.

In fernem land y final con Jonas Kaufmann, Anette Dasch, Evelyn Herlitzius y René Pape. La Scala 2012. Dirige Daniel Barenboim.

 

 

Tristan e isolda (1865) – Richard Wagner

Isolda muere de amor. Una de las muertes más bellas de la historia con una de las músicas más impresionantes escritas por Wagner. Tristán ha muerto e Isolda no puede resistir la vida sin él, la vida la abandona mientras su espíritu se reune con el de Tristan. El corazón no soporta la ausencia del ser amado, al menos el de Isolda.

Liebestod (Muerte de amor) con Jane Eaglen.

 

 

La dama de picas (1890) – P.I. Tchaikovsky

La Condesa muere de miedo por el susto que le da Herman, que está loco por conocer el secreto de las dichosas tres cartas que sabe la anciana señora. Cuando para que confiese la apunta con un arma, el viejo corazón de la señora no lo soporta y el miedo la paraliza hasta provocarle la muerte. Herman se desesperará.

Muerte de la Condesa con Marta Mödl, Vladimir Atlantov, Mirella Freni.

 

 

Elektra (1909) – Richard Strauss

Elektra muere de felicidad. Orestes, su hermano, ha dado muerte a su madre y posteriormente a su padrastro, causantes de la muerte de su padre Agamenon. Elektra no cabe en sí de gozo y se pone a bailar como una loca (en realidad lo está) y en un momento de climax de absoluta felicidad, cae muerta de un ataque al corazón.

 

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