Heroínas de las óperas de Puccini – Varios ejemplos


Heroínas de las óperas de Puccini – Varios ejemplos

HEROÍNAS DE LAS ÓPERAS DE PUCCINI – VARIOS EJEMPLOS

Heroínas de Puccini

 

Las grandes óperas de Puccini, tienen, en su mayoría nombre de mujer o ésta es una protagonista destacada. Hoy vamos a destacar a siete de sus grandes figuras femeninas.

Así pues, vamos con algunas de las heroínas de las óperas de Puccini.

 

Las heroínas de las óperas de Puccini

El éxito, tras sus óperas de inicio Le Villi y Edgar, le llegó de la mano de la primera de nuestras protagonistas: Manon Lescaut. Ella va a ser la primera de las heroínas de Puccini que vamos a ver.

Manon Lescaut

Esta ópera tuvo una gestación complicada. Para empezar, el editor de Puccini, Giulio Ricordi, se oponía a que Puccini repitiera el personaje que triunfaba en la ópera Manon de Massenet. Deducimos que a Puccini no se le podía convencer facilmente porque siguió con su idea. Esta es una de las pocas óperas que no tiene un libretista concreto. En el libreto de Manon Lescaut, acabaron involucrados nombres como los de Marco Praga, Domenico Oliva, Luigi Illica, Giuseppe Giacosa y el mismo Ricordi. Posiblemente sea por eso que Manon Lescaut no acaba de tener una coherencia interna muy definida. Vemos más una sucesión de escenas de la vida de la protagonista más que una historia que las vaya ligando unas con otras.

Una de las escenas más memorables está en el acto IV. Es el aria Sola, perduta, abbandonata que canta Manon Lescaut al verse sola en una tierra extraña. Renata Scotto es quien la interpreta.

 

 

Mimì

La protagonista de La bohème es una de las grandes heroínas de las óperas de Puccini. Y en esta ópera, el libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa está bien construido. Y se nota. También se nota que Puccini estaba enamorado del personaje de Mimì. Puccini sabe transmitir al espectador sus propios sentimientos. Es algo dificil de definir, pero en el caso de Mimì, el espectador ama a este personaje frágil nada más ver su primera aparición. No es lo mismo que en el caso anterior de Manon. Uno acaba por sentir compasión por esa joven desgraciada que no hace otra cosa que tomar decisiones equivocadas al largo de su vida. Mimì no es así. Es inocente, fiel e inspira ternura.

Vamos a ver el dúo final Sono andati. Mirella Freni y Luciano Pavarotti son los intérpretes. Grabación de 1990.

 

 

Tosca

Los mismos libretistas que en el caso anterior, adaptaron el drama de Victorien Sardou, La Tosca. Entre ellos y Puccini le dieron brillo a esta tragedia. Lo curioso de este personaje protagonista es que Puccini tan sólo le escribió un aria. Interviene en multitud de escenas. Su fuerza teatral es muy importante, pero este personaje se lo juega todo a una carta. Su aria Vissi d’arte es lo más esperado de toda la ópera.

Tosca es uno de los papeles más ambicionados para una soprano lírica o lírico-spinto. Veremos a Sondra Radvanovsky en el aria antes mencionada. Es muy dificil elegir una versión, porque como sabemos las más grandes se han puesto en la piel de esta cantante romana.

 

 

Madama Butterfly

O Cio-Cio San, como se prefiera. Como en el caso de Mimì, se percibe el cariño que Puccini sentía por este personaje. Si se nos permite fabular un poco, podríamos concluir que Puccini sentía debilidad por las mujeres frágiles, y lo veremos más adelante con otro ejemplo. Todas las heroínas de las óperas de Puccini tienen sus grandes momentos, naturalmente, pero en algunas encontramos ese toque, que no sabemos acabar de explicar, que las hace conmovedoras. Cio-Cio San es así.

Vamos a escuchar – y es una pena no poder verla – a Maria Callas en Un bel dì vedremo. En mi opinión, a Puccini hay que verlo, pero la versión de Callas es tan emotiva, que no podemos omitirla.

 

 

Minnie

A Puccini se le hace a menudo la crítica de ser muy lacrimógeno, y que lo explotaba excesivamente. Tras Madama Butterfly, hace una cosa que podría desmentir esto. Se va a un escenario masculino y rudo como es el Oeste americano y nos presenta a Minnie, la protagonista de La fanciulla del West. Veremos a la dueña de una taberna, que aunque catequice a los mineros leyéndoles la Biblia, es capaz de desenfundar su pistola más rápido que ellos. Minnie se jugará la vida de su enamorado Dick en una partida de póquer con el sheriff. Nada remilgado, nada convencional. Puccini no imita nunca, ni a sí mismo. Sin embargo, y es una opinión personal, creo que Puccini no estaba «enamorado» de Minnie como lo esuvo de otras protagonistas.

Vamos a oir a Renata Tebaldi, una gran Minnie, en la escena de la partida de póquer, Basta, uomo d’inferno. La acompaña Anselmo Colzani, como el sheriff. Metropolitan Opera House 1970. Una escena de una gran fuerza dramática.

 

 

Turandot y Liù

Las dos protagonistas femeninas de Turandot no pueden ser más opuestas. Y a la vez, no pueden despertar sentimientos más dispares en el espectador. A mí, personalmente, el personaje de Turandot no me inspira mucha simpatía. Fría y cruel, contrasta con la dulzura de Liù. Otra vez, un personaje frágil al que Puccini dedica fragmentos de gran lirismo y belleza. No así a la protagonista, que aparece siempre con una expresión dura y vengativa. Ni lo que nos cuenta en el aria de In questa reggia, sobre el desgraciado suceso acontecido a su antepasada Lou-Ling a manos de un extranjero, despierta mucha comprensión y compasión por parte del público. En cambio, con Liù es muy diferente. Lo vamos a ver. Y lo veremos en la voz de la misma soprano: Montserrat Caballé.

Primero interpretando In questa reggia como Turandot, y seguidamente como Liù en el aria final, y lo último que escribiera Puccini antes de morir, en el aria Tu che di gel sei cinta.

 


 

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