Giacomo Puccini es uno de los grandes compositores de ópera.
Biografía de Giacomo Puccini: infancia y juventud
Giacomo Puccini (Lucca, 22 de diciembre de 1858 – Bruselas, 11 de noviembre de 1924)
Puccini nació en la localidad toscana de Lucca, que fue donde empezó a estudiar música impulsado por la tradición familiar y por su interés, indudablemente. De allí pasó a Milán, como casi todos los compositores italianos de la época. En el Conservatorio milanés estudió con Amilcare Ponchielli y Arrigo Boito.
Si en la infancia en Lucca, Giacomo Puccini era lo que podríamos llamar, un niño travieso. En su época de estudiante en Milán tampoco es que fuera un modelo de rigor. Estudiaba sí, pero también era un hombre joven al que le gustaba divertirse. Ta era así, que hacía que en ocasiones, las menos oportunas, fuera un tanto descuidado. Por ejemplo, cuando al finalizar sus estudios realizó un trabajo de fin de carrera, escribió una ópera de un acto. Era la ópera Le Villi, que mandó al concurso de la editorial Sonzogno. Giacomo Puccini la mandó tan mal escrita, que no ganó el premio. Pero su amigo Arrigo Boito se fue a hablar con la competencia. Concretamente, con la editorial Ricordi, y les convenció del interés de la ópera de Puccini. Finalmente se estrenó en Milán el año 1884.
Operas de Puccini
Le Villi
Se come voi piccina (acto I) Kiri Te Kanawa
Bajo la protección de Ricordi, parecería que el futuro de Giacomo Puccini se iba encarrilando. Sin embargo, su segunda ópera tardó cinco años en estrenarse. La ópera era Edgar, que no tuvo ningún éxito en Milán.
Edgar
Addio,mio dolce amor (acto III) Angela Gheorghiu
Giacomo Puccini Vida madura y obra
La vida personal de Giacomo Puccini también fue algo conflictiva. Se enamoró de una mujer casada que abandonó a su familia para ir a vivir con él a Milán. Se casaron a la muerte del esposo de ella, veinte años más tarde.
La tercera ópera de Puccini fué un rotundo éxito, Manon Lescaut, y mayor aún el de la cuarta: La Bohème, pero no en su estreno turinés, si no mucho más adelante como es bien sabido por ser una de las óperas que más veces se ha representado en toda la historia.
Manon Lescaut
Dúo de amor (acto II) Renata Scotto, Plácido Domingo
La Bohème
Che gelida manina, Sì, mi chiamano Mimì (acto I) Fiamma Izzo d’Amico, Luciano Pavarotti
El siguiente estreno de una ópera de Puccini, fue en Roma y la ópera era Tosca, que como sabemos tiene como escenario la ciudad romana. Para su composición, Puccini estudió el sonido real de las campanas de Roma, e hizo consrruir un instrumento que las imitara exactamente. No olvidemos que estamos hablando de verismo, se trata de acercarse al máximo a la realidad.
Tosca
Vissi d’arte (acto II), Renata Tebaldi
Pasaron cinco años hasta que llegó la sexta ópera de Puccini, Madama Butterfly. Con ella Puccini experimentó nuevos sonidos. Al estar ambientada en Japón, se perimitió usar la escala pentatónica para dar un toque más real de música oriental a la partitura. Fue un rotundo fracaso en su estreno en Milán. En Brescia tuvo mejor suerte, y Madama Butterfly empezó a representarse en todo el mundo, y aún sigue. Y con éxito.
Madama Butterfly
Bimba dagli occhi pleni di malia…Vogliatemi bene (acto I), Victoria de los Angeles, Giuseppe Di Stefano
En su vida personal, Puccini vivía en una hermosa casa en Torre del Lago, y le gustaban con pasión los automóviles, y fue en ese lugar y con un automovil como puso en peligro su vida con un accidente. Este percance le tuvo inmovilizado y dió pie a que se especulara con una relación ilícita con una joven del pueblo que le iba a cuidar. El escándalo saltó, cuando su mujer, Elvira, la despidió por sospechar de que había algo inconfesable entre su marido y la criada.
En la pequeña localidad de Torre del Lago la fama de la joven quedó seriamente dañada. Hasta el punto de que Doria, que era como se llamaba, se suicidó. La autopsia reveló que era virgen, y que todo habían sido acusaciones sin fundamento por parte de la mujer de Puccini. Puccini y Elvira pasaron una fuerte crisis de la que nunca conseguirían recuperarse. La familia de la joven recibió una fuerte compensación económica por parte del compositor para evitar que su mujer acabara en la cárcel.
Pero la carrera de Puccini no se había terminado, y compone una ópera ambientada en el lejano Oeste, La fanciulla del West, que se estrenó en América, aunque no en el oeste americano, sino en Nueva York en el año 1910.
La fanciulla del west
Ch’ella mi creda libero e lontano (acto III), Mario del Monaco
En 1915 escribió La Rondine, que en principio debía ser una opereta, pero la I Guerra Mundial truncó el proyecto, y se acabó convirtiendo en una ópera que se estrenó en Montecarlo en 1917.
La Rondine
Che il bel sogno di Doretta (acto I) Montserrat Caballé
Seguidamente, Puccini compuso su Trittico, compuesto de las óperas Il tabarro, Suor Angelica y Gianni Schicchi. Que también estrenó en Nueva York en 1918.
Il tabarro
Nulla!…Silenzio, Ettore Bastianini
Gianni Schicchi
O mio babbino caro, Anna Netrebko
Suor Angelica
Senza mamma, Patricia Racette
Puccini empezó otra ópera, ambientada esta vez en China: Turandot. A pesar de las ganas que puso en su composición, la salud no le iba a secundar esta vez. Le diagnostican un cáncer de garganta y se desplaza a Bruselas para someterse a una interveción quirúrgica. Alli le sobrevendrá la muerte, dejando inconclusa la ópera, que finalizó Franco Alfano. Turandot se estrenó en el Teatro alla Scala el 25 de abril de 1926.
Turandot
Nessun dorma (acto III), Plácido Domingo
Así fue como Giacomo Puccini, con sólo diez óperas, se convirtió en la figura capital de la ópera verista italiana del Siglo XIX y principios de XX.
Sus obras no han dejado de representarse nunca, y unicamente las dos primeras son las menos vistas.
Puccini es la encarnación de la pasión, su música hace aflorar el sentimiento del especatdor hasta las lágrimas. Es dificil, por no decir imposible, no emocionarse con una ópera de Puccini.
Los personajes de Giacomo Puccini son más reales que ninguno. Sus emociones son reales y sus pasiones son absolutas y extremas. En Puccini no hay contención. Puccini es el verismo con letras mayúsculas. En el breve repaso que hemos hecho de su biografía se ha podido intuir que en lo personal, Puccini también era un hombre apasionado y apasionante, lo que sin duda fue la mejor fuente para dotar de vida a sus personajes.
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