MOZART
En este recorrido por la historia de la ópera, llegamos a Wolfgang Amadeus Mozart. Que es el máximo exponente del clasicismo , que es la corriente que nos ocupa.
La figura de Mozart como compositor es tan grande y su vida tan intensa, que intentar resumirla es casi una tarea imposible. Por eso pedimos disculpas de antemano, ya que seguro que estas líneas no estarán a la altura que merece un personaje como fue Wolfgang Amadeus Mozart.
Primeros años de la vida de Wolfgang Amadeus Mozart
Mozart nació en Salzburgo el 27 de enero de 1756. Su padre Leopold Mozart, que también era músico, vio pronto las facultades extraordinarias de su hijo. Así pues no dudó en abandonar su carrera como compositor para dedicar su vida a promocionar la de su hijo. Lo que se buscaba en aquel entonces era que una corte amparara la carrera de un músico, y eso era lo que pretendía Leopold. Éste llevó a su hijo por media Europa para ver si algún príncipe o noble lo tomaba bajo su protección. Este objetivo paterno no tuvo éxito, pero lo que sí consiguió fue que Wolfgang Amadeus tuviera conocimiento de primera mano de la música que se hacía en Europa, y esto fue algo que un genio como Mozart supo asimilar perfectamente.
Regreso a Salzburgo
Cuando regresa con su padre a Salzburgo, sus portentosas habilidades impresionaron al emperador José II. Éste sugirió al pequeño Mozart que compusiera una ópera. Se puso manos a la obra y a la edad de 11 años compuso La finta semplice. De la autoría de esta ópera, dudó más de uno en la corte y creían que el compositor real era su padre. Por este motivo esa ópera no se estrenó en ese momento. Aunque esta no fue la primera ópera que escribió en realidad.
Wolfgang Amadeus Mozart viaja a Italia
Leopold Mozart decidió que para conocer a fondo la ópera había que ir a Italia, donde ya había estado anteriormente. Así pues padre e hijo se fueron a Italia donde tomó contacto con la ópera barroca. Antes de cumplir quince años, Mozart ya demostró que había entendido perfectamente los esquemas de la ópera italiana y compuso Mitridate, re di Ponto.
A partir de ese momento, se podría decir que la tarea de Mozart consistió en perfeccionar y enriquecer su lenguaje musical hasta llegar a ser la figura inmortal que ha sido en el mundo de la música.
Sobre la vida de Mozart existen gran cantidad de artículos, y algunos de ellos son más fruto de leyendas que de auténtica relaidad, y tampoco es el objetivo de este hacer una exhaustivo repaso a su vida, porque lo que nos interesa de Mozart sobre todo es su música y en concreto sus óperas.
¿Qué aporta Mozart a la ópera?
En música, como ya hemos comentado en otras ocasiones, las distinciones entre una corriente y otra no son nunca exactas, así que en un mismo compositor podemos observar una cierta variedad en el estilo. Así sucede también con Mozart. Sus primeras óperas aún tienen mucho de barroco y no tanto de clasicismo. Pero vamos a centrarnos en algunas de las aportaciones mayores que Mozart hizo al mundo de la ópera.
En primer lugar, diremos que en la obra operística de Mozart, la pasión no domina sobre el sentimiento. En esto sigue las costumbres de la época, en la que demostrar abiertamente los sentimientos estaba mal visto. Es esta una de las principales diferencias entre el clasicismo y el romanticismo.
Mozart hace hablar a la música
Sin embargo, con Mozart la música expresa el argumento de la ópera y con ella los personajes reflejan su clase social y condición. Esto lo vamos a entender mejor si tomamos unos ejemplos de algunos fragmentos de las óperas de Mozart.
En las óperas de Mozart se distingue claramente la clase social a la que pertenecen los protagonistas. Los nobles tienen un canto distinguido y contenido en la expresión de los sentimientos, mientras que los criados o pueblo sencillo, lo hacen con un canto más parecido a las músicas populares.
Le nozze di Figaro
En la ópera Le nozze di Figaro, la condesa de Almaviva, se lamenta del abandono que sufre por parte de su esposo. Lo vemos en la cavatina Porgi amor. En ella pide al Amor que venga a calmar su dolor. La delicadeza del canto nos indica que el personaje de la condesa es de condición noble, y que además es una persona de buen corazón. Kiri Te Kanawa es la Condesa de Almaviva.
En cambio ahora podemos ver al personaje del conde de Almaviva. Observaremos que su canto es aristocrático pero está muy alejado de expresar un sentimiento noble, antes al contrario, es un canto despótico.Mozart nos está diciendo que además de ser un noble, el personaje del conde es orgulloso y malvado. Simon Keenlyside es el conde de Almaviva.
La flauta mágica
En otra ópera, La flauta mágica, también podemos ver como Mozart da a cada personaje la música que lo define.
Papageno es un joven sencillo, un pajarero. Por lo tanto no puede tener un canto demasiado rebuscado. Veamos este ejemplo con la voz de Hermann Prey en Der Vogelfaenger bin ich ja.
Pero en cambio, el personaje de la Reina de la noche, refleja en su canto su carácter rebuscado, sus ansias de venganza y su maldad. Todo esto Mozart lo resume en este canto lleno de agudos hirientes, que denotan el histerismo del personaje. Diana Damrau es la Reina de la Noche.
Pasemos al polo opuesto. El gran sacerdote Sarastro, tiene que expresar serenidad, sabiduría. Así pues canta de este modo, en una de las arias de tesitura más grave de la historia. Matti Salminen es Sarastro.
Don Giovanni
En esta extraordinaria ópera, observamos de que modo Mozart nos está diciendo el momento que se vive en la ópera. En la famosa aria del catálogo, cuando Leporello hace un repaso de las conquistas de Don Giovanni, ante una ofendida donna Elvira, en el fondo se está burlando de ella, y la orquesta parece que se está riendo a carcajadas de la dama. Bryn Terfel es Leporello.
Aquí también encontramos un ejemplo más de la genialidad de Mozart. Lo hace en el dúo La ci darem la mano. Don Giovanni, noble, quiere seducir a Zerlina, una campesina. El personaje de Don Giovanni, canta en un tono noble, lo que hace que Zerlina se sienta tratada como una dama. Poco a poco va cediendo a las pretensiones del seductor. Cuando ella al final dice «andiam», la música vuelve a tener un aire popular, Don Giovanni ya ha conseguido su objetivo y Zerlina vuelve a ser tratada como una muchacha sencilla del pueblo.Don Giovanni: Thomas Allen, Zerlina: Susanne Mentzer.
Così fan tutte
Una de las óperas cumbres de Mozart es Così fan tutte. En esta ópera encontramos varios rasgos capitales del clasicismo y más ejemplos de la extraordinaria capacidad de Mozart de expresar la verdad con la música. Vayamos por partes.
En Così fan tutte hay seis personajes, una muestra del equilibrio del clasicismo. Dos de ellos, don Alfonso, el tutor, es la representación del espíritu del siglo XVIII: la racionalidad. Por otra parte la criada, Despina, es su reflejo femenino pero menos refinado. Estos personajes se oponen y son el contrapunto a los de las dos parejas de enamorados, que tienen un espíritu más romántico.
Aria come scoglio
En el aria Come scoglio (Como una roca), el personaje de Fiordiligi proclama a los cuatro vientos que su amor por Guglielmo es firme como una roca. Nada la va a hacer cambiar, y será capaz de resistir las más duras pruebas. La música, sin embargo, está diciendo todo lo contrario: asciende y desciende, es sumamente inestable. Todo esto significa que lo que está diciendo Fiordiligi en realidad no es cierto y que está a punto de claudicar. Miah Persson es Fiordiligi.
El personaje de Despina, en el aria Una donna a quindici anni, hace un retrato del espíritu racionalista. Aconseja a las dos hermanas como deben vivir. También podemos observar aquí nuevamente, que el personaje de una criada no canta como sus señoras. Cecilia Bartoli es Despina.
Otra gran aportación de Mozart de a la ópera fue la de escribir la primera en alemán: El rapto en el serrallo, en la que no encontramos las típicas carcaterísticas de la ópera italiana.
La vida de Mozart fue breve pero intensa. No sabemos lo que hubiera podido llegar a componer de haber vivido más años. Su legado es impresionante y merece ser revisado con frecuencia, y por más que se oiga su obra siempre nos complacerá y sorprenderá.
Wolfgang Amadeus Mozart murió en Viena el 5 de diciembre de 1791, a los treinta y cinco años de edad.
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