Las bodas de Fígaro: Un Tesoro Musical y Dramático de Mozart
Las bodas de Fígaro (Le nozze di Figaro en su título original en italiano) es una de las óperas más célebres y profundamente influyentes en la historia de la música clásica. Wolfgang Amadeus Mozart compuso esta ópera bufa con un libreto de Lorenzo Da Ponte y se estrenó en 1786 en el Teatro di Stato de Viena. Ya desde su debut, Le nozze di Figaro ha estado en lo más alto de la ópera, cautivando al público ya sea por su trama, intrincada y simpática, con personajes inolvidables y, por supuesto, con una música tan sublime como que es de Mozart. Todo ello conmueve ante tan rica gama de emociones.
Contexto Histórico y Significado de la Ópera
Es importante situar Las bodas de Fígaro en su contexto histórico en el que fue creada para entender su verdadero impacto. El siglo XVIII está marcado por tensiones sociales y políticas muy relevantes, especialmente al final del siglo y en Europa. En Viena, la corte de José II, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, se debatía en un clima de reformas que tendían hacia la modernización de la sociedad. Tanto la música, como el arte y la cultura florecían, pero también surgían importantes corrientes de pensamiento que desafiaban las estructuras jerárquicas tradicionales.
Mozart y Da Ponte se basaron en la obra Le Mariage de Figaro para esta ópera. La obra la escribió Pierre Beaumarchais en 1778, y generó mucha controversia por parte de la aristocracia por su sátira mordaz hacia los nobles. En la obra de Beaumarchais, un criado llamado Fígaro desafía la autoridad de su amo, que es el conde Almaviva. Con ello simboliza las tensiones sociales entre la nobleza y el pueblo que realmente se estaban produciendo en la realidad. El libreto de Da Ponte suavizó algunos de los aspectos más subversivos, pero Las bodas de Fígaro no deja de ser una obra crítica con las convenciones sociales de la época.
La ópera, con momentos moderados y envueltos en forma de comedia, contiene una sutil crítica social sobre el abuso de poder y el deseo por la libertad personal. Sin embargo, Las bodas de Fígaro tiene componentes que eran especialmente relevantes en el momento histórico en que se creó que son reflejo de las tensiones revolucionarias que estaban comenzando a tomar fuerza. Téngase presente que la Revolución Francesa estallaría apenas pocos años después, en 1789.
El conde Almaviva busca seducir a Susanna a pesar de estar casado con la condesa. De hecho, esas situaciones reflejan las normas patriarcales y la lucha de las mujeres por su autonomía y respeto. Al final, Fígaro y Susanna logran neutralizar los intentos del conde, y la obra concluye con una restauración del orden, pero también, con una clara insinuación de que las normas sociales no deben ser dadas por sentadas.
Así pues, hay que resaltar que Las bodas de Fígaro tiene una gran importancia histórica. La ópera fue presentada en Viena en un momento de gran tensión política, justo después de la caída del Imperio Habsburgo. La crítica a las normas sociales, los roles de poder y la posición de la nobleza resuenan profundamente en la obra. Por todo ello, Le nozze di Figaro estuvo en su época envuelta en controversias debido a su contenido, que fue considerado subversivo por algunos sectores conservadores. A pesar de las objeciones, la ópera ganó rápidamente la admiración del público y de la crítica, cimentando su lugar destacado en la ópera en general.
El carácter de la obra, en su mezcla de comedia y crítica, tiene el tono de la Ilustración que, como se sabe, es un movimiento intelectual que defendía la razón, la igualdad y los derechos individuales. Mozart, un compositor que en más de una ocasión mezclaba lo sublime con lo mundano, crea una ópera entretenida pero que también invita a la reflexión sobre el poder, las clases sociales y la posición de la mujer en la sociedad de la época.
Los Personajes de Las bodas de Fígaro
Los personajes en Las bodas de Fígaro son el alma misma de la ópera. Cada uno posee una complejidad psicológica que va más allá de los estereotipos de la comedia, brindando una dimensión mayor aún a las situaciones cómicas y dramáticas que se desarrollan en el escenario. A continuación, se presentan algunos de los personajes más relevantes:
Fígaro: Es el protagonista de la ópera. Es un criado astuto e ingenioso. Su papel en la obra es dinamizador ya que con su astucia es capaz de desbaratar los planes del conde Almaviva y se convierte en el catalizador de los eventos que ocurren a lo largo de la ópera. Su personalidad es una mezcla de nobleza de espíritu y un toque de rebeldía.
Susanna: Es la esposa de Fígaro y es la principal heroína femenina de la ópera. Es una mujer inteligente y audaz, que se encuentra en una constante lucha para proteger su honor y el de su esposo, mientras maneja con gracia las situaciones en que se ve obligada a desenvolverse ante al interés del conde Almaviva.
Conde Almaviva: Es el noble y poderoso conde que, a pesar de su alto rango, no deja de tener defectos. El deseo del conde por seducir a Susanna es uno de los motores principales de la trama, y a lo largo de la ópera, su situación pasa de la arrogancia a la humillación.
Condesa Rosina: Es la esposa del conde Almaviva. Es una mujer sofisticada, madura y sensata. Aunque se muestra constantemente en conflicto con su esposo, su relación con Fígaro y Susanna muestra su lado vulnerable y humano.
Cherubino: Es un joven paje de la corte que está enamorado de las mujeres en general pero especialmente está enamorado de la condesa. Su energía juvenil y su falta de juicio le convierten en un personaje cómico y entrañable, pero a su vez, su actitud refleja una cierta aunque discreta crítica a la nobleza y la moral de la época.
Marcellina: Es una mujer que ha tenido una relación en el pasado con Fígaro y que, a lo largo de la obra, se convierte en otro personaje que encarna la astucia, el deseo y la necesidad de control en el entramado de la trama de la ópera.
Argumento de Las bodas de Fígaro
ACTO I de Las bodas de Fígaro
Nos encontramos en los alrededores de Sevilla, en el palacio del conde de Alamaviva.
Ahora es el hogar del conde y su esposa Rosina, antigua pupila del doctor Bartolo, a la que las mañas de Figaro ayudaron a casarse con el conde, y a huir de la clausura a la que la sometía su tutor y enamorado Bartolo.
Figaro, ahora criado del conde va a casarse con Susanna, criada a su vez, y confidente de la condesa.
Sin embargo el conde sigue siendo un conquistador, y también lo intenta con Susanna, con la que pretende recuperar el antiguo privilegio feudal, abolido por él mismo, de acostarse primero con la recien casada. Algo que Susanna ha percibido y en cambio Figaro, no.
Estando así las cosas, aparecen el doctor Bartolo y Marcellina, una antigua criada, que reclaman un compromiso matrimonial previo de Figaro: debe casarse o pagar a Marcellina lo convenido. Para el doctor Bartolo esa es su venganza por haberle arrebatado a su enamorada para entregarla al conde.
Cherubino, el paje enamoradizo, va de una mujer a otra siendo sorprendido en cada ocasión por el mismo conde. Hasta que ya, harto de su conducta, decide mandarlo al ejército.
Los momentos importantes del acto I son los siguientes: Obertura. Duettino, Se a caso madama. Se vuol ballare…, La Vendetta, Non so più cosa son, cosa faccio, Non più andrai
ACTO II de Las bodas de Fígaro
La condesa está triste y se lamenta de ver como su situación ha cambiado, de ser amada y desada, ahora se ve soportando la humillación de las infidelidades de su esposo y el abandono a que la relega.
Susana, juntamente con Figaro han ideado un plan para pescar al conde en una infidelidad y a la vez provocarle celos. Le van a mandar una carta anónima diciendo que su esposa va a tener una cita secreta.El conde, celoso por naturaleza, acudirá seguro al lugar de la cita, donde también aparecerá Cherubino disfrazado de Susanna. El conde sin duda que intentará algo con la muchacha, pero al ser sorprendido por los otros, no tendrá más alternativa que volver con su esposa.
Cuando entre la condesa y Susanna estan vistiendo a Cherubino, llama el conde a la puerta que está inusualmente cerrada. Esto hace que el conde, que ya ha recibido el anónimo, sospeche aún más. La condesa esconde a Cherubino en el vestidor y abre a su esposo. Este está enfurecido, un ruido desde el vestidor lo enfurece aún más y exige que abran la puerta, la condesa no quiere. Mientras ha entrado Susanna, que se ha escondido. El conde se lleva a su mujer a buscar herramientas para derribar la puerta si falta hiciese, y cierra con llave. Entonces Susanna hace saltar al paje por la ventana y se encierra ella misma en en vestidor. Ahí la encuentra el conde y una estupefacta condesa que ya no sabía como salir del embrollo.
Figaro aparece y también el jardinero que dice que un hombre ha saltado sobre sus claveles desde la habitación de la condesa. Figaro que ha comprendido por las señas, guiños y susurros de las dos mujeres lo sucedido, dice que ha sido él. Pero el jardinero dice que al que saltó le cayó un papel: es la patente de soldado de Cherubino. Entonces, después de otra divertida escena de disimulos y susurros, Figaro dice que la llevaba el en el bolsillo porque le faltaba un sello del conde.
El conde está ya muy escamado y no se cree a nadie y sospecha hasta de su sombra.
Momentos importantes del Acto II son los siguientes: Porgi amor, Voi che sapete, Signori, di fuori son già i suonatori y el Final del Acto II
ACTO III de Las bodas de Fígaro
Susanna y la condesa han tramado otra. Ahora Susanna va a ir a encontrarse con el conde para proponerle una cita, a la que irá, evidentemente, la condesa. Susanna ve así la manera de matar dos pájaros de un tiro: ayuda a su ama, y por otra parte pone al conde de su parte en contra de Marcellina. Así que cuando se pone a disposición suya, el conde encantado, acepta de mil amores encontrarse con ella en el jardín.
La criada, sale y se encuentra con Figaro al que le dice que ella sin ayuda de ningún abogado, ha ganado su causa contra Marcellina. Estas palabras, son fatalmente oidas por el conde, que humillado, se siente engañado y promete una venganza tremenda contra esos conspiradores.
Susanna, ignorando la que se avecina, va a decirle a la condesa que todo está saliendo a pedir de boca. La condesa le dicta una nota a Susanna, especificando bien claramente el lugar del jardín donde va a tener lugar el encuentro. Cierran esa cartita con un broche que ruegan que le sea devuelto, a Susanna naturalmente.
El juicio contra Figaro ya ha empezado y se acaba rápido. Es condenado o bien a pagar o a casarse con Marcellina.
Entonces Figaro hace alusión a sus nobles orígenes, ya que a pesar de haber sido abandonado, cuando lo encontraron estaba envuelto en finas telas,con oro y piedras preciosas,por lo que se deduce que es de buena familia. Tiene además un tatuaje en la espalda que puede ser emblema de sus padres, a los que busca desde hace tiempo y quiere pedir su bendición para casarse.
Marcellina y el doctor Bartolo enmudecen ante esto y emocionados, recocnocen en Figaro a su hijo perdido, fruto de su antiguo amor. Allá entonces se abrazan todos, y el compromiso queda, evidentemente, anulado.
Cuando Susanna llega con el dinero suficiente, y prestado por la condesa, para saldar la cuenta de Figaro, se encuentra no sólo con un futuro marido, sino con unos futuros suegros que la abrazan como a una hija. El que se ha quedado sin habla es el conde, al que ultimamente nada le está saliendo a derechas.
La boda será doble ahora, Marcellina y Bartolo se casarán también. Todo ya está dispuesto. Los novios, el pueblo y los condes presidiendo los enlaces.
En un momento del ritual, Susanna hace entrega al conde de la nota con el broche, lo cual a éste no le induce más que pensar en unos momentos de feliz intimidad con ella.
El conde lee la nota y se pincha con la aguja del broche. Figaro ve toda la escena y entiende que una vez más su amo ha recibido una nota amorosa de una mujer, lo que ignora es que es la suya.
Momentos importantes del Acto III son: Crudel! Perché finora.., Hai già vinta la causa, Riconosci in questo amplesso, Dove sono y la Canzonetta sull’aria
ACTO IV de Las bodas de Fígaro
Es de noche. En el jardín de los condes de Almaviva van a suceder muchos encuentros, algunos más deseados que otros. Figaro se encuentra a Barbarina buscando el broche que el conde le dió para devolvérselo a Susanna y que ella ha perdido, con lo cual Figaro la cataloga inmediatamente de infiel. Marcellina no lo cree y avisará a Susanna de las sospechas de su marido. Figaro pide a don Basilio, al doctor Bartolo y a don Curzio, que estén atentos por si les llama.
Barbarina está citada con Cherubino, y también está escondida.
La condesa y Susanna con los vestidos intercambiados también aparecen en el jardín.
Cherubino llega, y antes de reunirse con Barbarina, aprovecha el tiempo cortejando a Susanna, es decir a la condesa. El conde lo ve y le quiere dar un escarmiento propinándole un bofetón, que va a recibir Figaro, porque Cherubino ha sido más rápido y se ha escondido.
El conde corteja a Susanna, o sea a su propia esposa, y le da un anillo. Cuando Fíagaro se acerca, ambos se esconden.
Figaro encuentra a la condesa, es decir a Susanna, pero pronto descubre que en realidad es su mujer, pero sabiendo que el conde está por el lugar, deciden darle un escarmiento y Figaro simula un momento amoroso con la falsa condesa. El conde se enfurece y empieza a gritar, mientras Susanna se esconde.
Aparecen Basilio, Bartolo y Curzio. El conde abre la puerta del pabellón donde cree que se ha escondido su mujer (Susanna disfrazada), y de ahí salen Cherubino, Barbarina, Marcellina y finalmente Susanna que tapándose la cara y simulando ser la condesa le pide perdón a su marido, que muy digno se lo niega. Entonces aparece la verdadera condesa, dispuesta a perdonar, y el conde ya no tiene otra salida que pedir él mismo perdón, que sí que obtiene de labios de su mujer.
Todos celebran gozosos un final tan feliz después de tanto enredo.
Algunas piezas importantes de este acto son: Ecco la marcia!, L’ho perduta… , Aprite un po’ quegli occhi, Deh vieni, non tardar y el Final
Arias y Momentos Principales
Las bodas de Fígaro es una de las obras más destacadas de Mozart, tanto por su belleza como por su complejidad técnica y por su capacidad para transmitir emoción. Las arias son el corazón de la ópera y, en particular, algunos momentos se han ganado un lugar privilegiado en la historia de la ópera. A continuación, se relacionan algunos de los momentos más brillantes, indicando los personajes que intervienen:
«Non più andrai» (Fígaro): Esta aria es una de las más famosas de la ópera y pertenece a la escena en la que Fígaro se despide de Cherubino cuando está a punto de ser enviado al ejército. La aria, llena de humor, celebra la juventud y la libertad perdida.
«Porgi, amor» (Condesa Rosina): Esta aria de la condesa es un lamento lleno de tristeza en la que expresa lo que siente por la infidelidad de su esposo. Es un aria emblemática, profunda y melancólica, donde Mozart deja constancia de su maestría para capturar el dolor emocional y expresarlo con la música.
«Voi che sapete» (Cherubino): Es una de las arias más vibrantes de Le nozze di Figaro. Corre a cargo de Cherubino, quien lleno de emoción y nerviosismo juvenil, canta su amor y deseo por todas las mujeres. Es un aria ligera y brillante que representa la ingenuidad y la impulsividad que tiene la juventud.
«Sull’aria» (Susanna y la Condesa): Esta aria, que tiene lugar en el segundo acto, es un momento sublime en el que Susanna y la condesa Rosina, hacen un bellísimo duo en donde tejen un plan para desenmascarar al conde. La música fluye con delicadeza y simboliza la complicidad entre las dos mujeres ante una situación dolorosa para ambas.
«Hai già vinta la causa» (Fígaro): Este momento destaca por su intensidad y por su dramática resolución. La pieza expresa la victoria final de Fígaro sobre los intentos del conde y es una de las arias más celebradas de la ópera.
Producciones Destacadas de Las bodas de Fígaro
Durante más de dos siglos desde haber sido compuesta, Las bodas de Fígaro ha sido interpretada en incontables ocasiones, y muchas de estas producciones han dejado una huella indeleble en el público. Entre ellas cabe citar algunas que en nuestra opinión son dignas de merecer una mención sin menoscabar otras. Estas son:
- Producción del Festival de Salzburgo de 1988, dirigida por Nikolaus Harnoncourt. Esta producción del Festival de Salzburgo de 1988 es una de las más icónicas de Las bodas de Fígaro. Harnoncourt que es conocido por su enfoque histórico, ampliamente informado en ese aspecto, trajo una interpretación fresca y rigurosa a la partitura de Mozart, lo que le permitió que la complejidad musical de la ópera se revelara con gran claridad. La puesta en escena fue muy respetuosa con la tradición, pero le dio una visión renovada. Consiguió una estética atemporal, perfecta para acercar más la ópera al público del momento. La producción fue aclamada no solo por la brillantez orquestal de la Wiener Philharmoniker, sino también por el enfoque de la dirección de actores, así como por el equilibrio que logra entre comedia y profundidad emocional.
- Producción de 1976 de Las bodas de Fígaro con Hermann Prey, Mirella Freni, Dietrich Fischer-Dieskau, Kiri Te Kanawa y Maria Ewing. esta producción de 1976, dirigida por Jean-Pierre Ponnelle, es uno de los clásicos más admirados de Las bodas de Fígaro, especialmente por su formato de película. Esta versión cinematográfica presentó a un elenco excepcional, con las interpretaciones de Hermann Prey (Fígaro), Mirella Freni (Susanna), Dietrich Fischer-Dieskau (El Conde Almaviva), Kiri Te Kanawa (La Condesa Almaviva) y Maria Ewing (Cherubino). La batuta de Karl Böhm, experimentada en la orquestación mozartiana, hizo que la interpretación de la Wiener Philharmoniker fuese impecable. Por su parte, Ponnelle logró una dirección visualmente impresionante, respetuosa con la tradición de la ópera y con una puesta en escena que supo aprovechar el medio cinematográfico. Esta producción es un referente en el mundo de la ópera.
- Producción del Festival de Salzburgo 2006, con Anna Netrebko e Ildebrando D’Arcangelo. La producción de 2006 en el Festival de Salzburgo destacó por la extraordinaria química entre los dos protagonistas y su poderosa interpretación. Dirigida por Claudio Abbado, aportó una lectura vibrante y llena de matices a la partitura de Mozart. Esta producción fue aclamada tanto por su excelente nivel vocal como por la interpretación dramática. Netrebko, en el papel de Susanna, mostró una gran capacidad para combinar la agilidad vocal con la interpretación, mientras que D’Arcangelo ofreció una representación majestuosa de Fígaro. La dirección de Jean-Pierre Ponnelle hizo justicia a la brillantez de los cantantes y a la complejidad emocional de la obra, creando una de las producciones más novedosas y memorables de Las bodas de Fígaro.
- Producción del Festival de Salzburgo de 2013 (con Luca Pisaroni, Anett Fritsch, Martina Janková, Adam Plachetka y Margarita Gritskova). La producción del Festival de Salzburgo de 2013 es una de las más destacadas de los últimos años. Esta vez, fue dirigida por Dan Ettinger y la Wiener Philharmoniker y se caracteriza por mantener un equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo que en tantas ocasiones se busca en los últimos años. El elenco brilló por su talento vocal y una excelente interpretación dramática e incluía a Luca Pisaroni como el Conde Almaviva, Anett Fritsch como la Condesa Almaviva, Martina Janková como Susanna, Adam Plachetka como Fígaro, y Margarita Gritskova como Cherubino. La dirección escénica fue de Sven-Eric Bechtolf, quien creó un ambiente visualmente impactante, manteniendo la esencia de la obra mientras aportaba una lectura moderna de los temas. Esta producción de 2013 es un ejemplo claro de la perennidad de la ópera mozartiana y su capacidad para emocionar al público de cualquier generación.
- La producción de 2013 en el Metropolitan Opera House de Nueva York. Esta producción fue dirigida por James Levine y sorprendió por su escenografía minimalista y su profunda comprensión de la psicología de los personajes. La interacción entre los cantantes fue vibrante y llena de matices, capturando la esencia más pura de la ópera. El elenco estuvo compuesto por Nicolai Ghiaurov como el Conde Almaviva, Renée Fleming como la Condesa, Susanna Phillips como Susanna, Ildebrando D’Arcangelo como Fígaro, Peter Mattei como el Barón, James Morris como Don Bartolo y Elena Zhidkova como Cherubino. La dirección de Levine, precisa y excelente, llevó a que la Metropolitan Opera Orchestra hiciese brillar la música de Mozart en toda su complejidad. Por su parte, la puesta en escena, con su estética tan original aunque un tanto austera pero poderosa, amplificó el enfoque psicológico de los personajes.
- Otras producciones. En los artículos relacionados que aparecen al final de este artículo pueden ver otras producciones de Las Bodas de Fígaro, a cuyos detalles pueden acceder en su artículo correspondiente.
Las Bodas de Fígaro en video
Como se ha indicado, se pueden ver distintas producciones de Las Bodas de Fígaro en laopera.net, sin embargo aquí vamos a insertar una de ellas. Se trata de la del Festival de Salzburgo de 2013 ya citada que crea una atmósfera envolvente que, sin pretender perder el contexto histórico de la obra, aportó elementos modernos y frescos a la producción.
Con todo lo dicho, parece claro que Las bodas de Fígaro o Le nozze di Figaro es una ópera monumental que trasciende los límites de su época. La riqueza de su música, combinada con la profundidad de sus personajes y la intrincada naturaleza de su trama, sigue siendo una fuente de admiración y análisis para músicos, académicos y aficionados por igual. Ya sea que se aprecie por su destreza vocal, su orquestación o su capacidad para mezclar la comedia con la crítica social, esta ópera sigue siendo un pilar fundamental dentro del repertorio operístico y una fuente de inspiración.
Déjese llevar por los artículos relacionados que aparecen a continuación para ver, oir y leer mucho más sobre esta maravillosa obra maestra de Mozart.