Heroínas verdianas – Las más grandes heroínas verdianas

HEROÍNAS VERDIANAS – LAS MÁS GRANDES HEROÍNAS VERDIANAS

Heroínas verdianas

 

Introducción

Hoy vamos a estar acompañados por veintidós voces que aparecen en dieciocho óperas de Giuseppe Verdi. No son, evidentemente todas, pero sí las más grandes y famosas heroínas verdianas. Ninguna de las arias o momentos escogidos va a ser, por lo tanto, una novedad, pero indiscutiblemente será una muestra del genio de Verdi a la hora de crear personajes femeninos y también podremos oir un elenco de voces de lujo. He procurado no repetir ninguna de las intérpretes, lo que no resulta muy fácil porque ya sabemos cuando vamos sobre seguro a la hora de escuchar a una buena intérprete de Verdi, pero sería demasiado redundante y monótono.

 

Heroínas verdianas

Como siempre hacemos el orden que seguiremos será el de la fecha del estreno de la ópera.

También he de comentar que hay óperas en las que hay más de una figura femenina de relevancia y que no oiremos, más que nada por un problema de espacio.

 

Abigaille de Nabucco (1842)

Abigaille es hija de una esclava y de Nabuccodonosor. Es malvada y posesiva. Odia a su hermanastra Fenena y está enamorada de Ismaele que para acabar de hacerla rabiar aún más, está enamorado de Fenena. En fin, que Abigaille no es muy buena persona. Lo que ha de ser la soprano que la interprete es una gran soprano porque su papel es de una gran exigencia, como lo podremos ver en su escena del acto II Ben io t’invenni…Anch’io dischiuso un giorno…Salgo gia del trono aurato.

Vamos a ver a Saioa Hernández.

 

 

Giselda de I Lombardi alla Prima Crociata (1843)

Verdi y Temistocle Solera, libretista de Nabucco también, quisieron repetir la proeza con I Lombardi. Los lombardos lucharán contra toda clase de adversidades en la Primera Cruzada. La heroína en esta ópera es Giselda, una joven valiente que enamorada de Oronte, al que convertirá al cristianismo, anima a todos los peregrinos a seguir hasta llegar a Jerusalén.

Oigamos a Anna Moffo en el aria Qual prodigio del acto IV.

 

 

Elvira de Ernani (1844)

La tercera de nuestras heroínas verdianas es también un papel para soprano dramática de coloratura, que sin llegar al nivel de exigencia de Abigaille, tiene que vérselas con coloraturas y demás filigranas. Elvira es pupila de don Ruy Gómez de Silva, con el que se ve obligada a casarse aunque ella está enamorada de Ernani. De ella además de Ernani también está enamorado el rey Don Carlos.

Vamos a ver a la soprano Angela Meade en la escena Surta e la notte…Ernani, Ernani involami.

 

 

Giovanna de Giovanna d’Arco (1845)

Verdi compuso esta ópera con libreto del patriota Temistocle Solera y la verdad es que sin mucho éxito. La historia de la doncella de Orleans que creía que su destino era salvar a Francia de la invasión inglesa, sirvió para hacer un paralelismo con los italianos invadidos por los austríacos, algo que a Solera le motivaba hasta el extremo y no siempre para bien. Lo más interesante, para mí, es que Verdi pudo recrear algo que hacía muy bien: la relación padre e hija. Por esto vamos a escuchar el dúo Tu che all’eletto Saulo…Or dal padre benedetta con Svetla Vassileva y Renato Bruson.

 

 

Odabella de Attila (1846)

De nuevo un imperio romano a punto de caer bajo las garras extranjeras, sirvió a Verdi y a Solera para crear otra ópera patriórica. Y aquí, de nuevo, encontramos a una de las heroínas verdianas de este momento creativo de Verdi. Odabella era una luchador a romana enamorada de Foresto que se propone derrtotar a Attila, el invasor.

Vamos a ver a Ghena Dimitrova en  Santo di patria, una escena tremenda para la voz de la soprano.

 

 

 

Lady Macbeth de Macbeth (1847)

Posiblemente estamos ante una de las más perversas de todas las perversa heroínas verdianas. Lady Macbeth, la esposa ambiciosa y dominante de Macbeth. Una soprano que haga bien este papel, se come con patatas, como se dice vulgarmente, al resto del elenco. Además de una voz que refleje la agresividad y maldad del personaje (Verdi quería una soprano con la voz fea), ha de tener dotes de actriz. No es un rol al alcance de todas.

Shirley Verrett lo refleja muy bien es su aria La luce langue del acto II.

 

 

Luisa de Luisa Miller (1849)

Con Luisa Miller, Verdi se afianza en un nuevo estilo que ya había insinuado con Macbeth al incidir en el caracter de la protagonista femenina anterior. Con Luisa Miller va a mostrarnos los sentimientos de un grupo de personas que no tienen nada de heroico, ni pretenden salvar ninguna patria ni nada de todo eso. Luisa es una joven enamorada de Rodolfo, hija del campesino Miller y que sufrirá la maldad de Wurm y el Conde Walter. En esta ópera también encontramos una muestra más de la relación padre e hija que tanto gustaba a Verdi.

Veremos a Anna Pirozzi en su cavatina Non temer…Lo vidi e’l primo palpito.

 

 

Gilda de Rigoletto (1851)

Esta primera ópera de la Trilogía Popular tiene, nuevamente, como protagonistas a un padre y a una hija. Rigoletto, el bufón del duque de Mantua tiene un secreto: su hija Gilda a la que protege como un tesoro. A pesar de sus desvelos, Gilda se irá a enamorar del mismo duque que la engañará para burlarse de ella y de paso también de su padre. La escena que veremos es la que sigue al rapto y violación de la joven. Una escena de ternura paternal como no hay otra.

Veremos a Edita Gruberova y a Ingvar Wixell en el dúo Tutte le feste al tempio.

 

 

Leonora de Il trovatore (1853)

La segunda ópera de la Trilogía Popular tiene como protagonista femenina a Leonora, una dama de la reina que se enamora de Manrico, el trovador, pero que es el objeto de deseo del Conde de Luna. Es un papel muy intenso y largo para soprano. Vamos ver a Sondra Radvanovsky en su gran escena Siam giunti…D’amor sull’ali rosee…Miserere…Tu vedrai che amore in terra. Ver AQUI.

 

Violetta de La Traviata (1853)

De todas las heroínas verdianas Violetta es la más popular, porque no hay ópera de Verdi más popular y representada que La Traviata. Violetta es una célebre cortesana de París, que vive de fiesta en fiesta y va de un hombre a otro hasta que conoce y se enamora de Alfredo. Un amor imposible por imposición social y tristemente abocado al dolor por la enfermedad de Violetta.

Vamos aver a Mirella Freni en la escena del acto I È strano…Ah forse lui…Sempre libera.

 

Elena de I vespri siciliani (1855)

En esta ópera se narran los hechos verídicos que ocurrieron en Sicilia en 1282 con la revuelta siciliana contra los franceses. Elena es una duquesa y patriota siciliana. La veremos en la primera escena vestida de luto por la muerte de su hermano ejecutado y que con su canción Coraggio, su, coraggio, incita a los sicilianos a levantarse contra los ocupantes.

Cheryl Studder es Elena.

 

 

Amelia de Simon Boccanegra (1857)

Amelia es la protagonista femenina de Simon Boccanegra, pero el verdadero protagonista es el mar. En los primeros compases de esta aria Come in quest’ora bruna, el brillo del mar al amanecer lo sugieren los trinos de los violines y la brisa por las violas. Verdi conocía y amaba Génova, donde transcurre la acción y supo reflejar la naturaleza como antes no lo había hecho. Amelia que en realidad se llama Maria Boccanegra es un papel para soprano y de los más bellos que escribiera Verdi.

Kiri Te Kanawa es nuestra Amelia.

 

 

Amelia de Un ballo in maschera (1859)

Aquí encontramos a otra Amelia, en este caso es la esposa de Renato, lugarteniente y amigo del rey Gustavo, del que está perdidamente enamorada y es correspondida. Esta Amelia es una de las heroínas verdianas más desgraciadas porque lucha contra ese amor con todas sus fuerzas. No puede evitar lo que siente y sin embargo no se entregará a Gustavo a pesar de lo que su marido pueda pensar.

Montserrat Caballé será quien interprete el aria Ecco l’orrido campo.

 

 

Leonora de La forza del destino (1862)

Haciendo este repaso de heroínas verdianas nos damos cuenta de que bien pocas fueron felices, claro que no podemos olvidar que estamos en el romanticismo. Ahora encontramos a Leonora que pasará por mil y una vicisitudes para acabar muriendo a manos de su hermano. De todos modos, ya sabemos que en La Forza del destino hay un número tremendo de muertos, tanto que Verdi dijo que «había demasiados muertos en escena».

Veamos a Leontyne Price en Pace, pace, mio Dio.

 

 

Elisabetta de Don Carlo (1867)

En esta ópera hemos elegido a Elisabetta, esposa del rey Felipe II pero enamorada del infante Don Carlo. Sin embargo no podemos dejar de recordar a la otra gran protagonista femenina: la Princesa de Éboli. En una ópera en la que predominan las voces masculinas, ellas dos sobresalen y tienen momentos de gran lucimiento en solitario y en conjunto.

Vamos a oir a Maria Callas en el aria Tu che le vanità.

 

 

Aida de Aida (1871)

En esta ópera también el personaje de la esclava etíope tiene su contrapunto con otro femenino: Amneris, la hija del faraón. Ambas enamoradas de Radamés, el guerrero egipcio al servicio del faraón. Aida es una ópera grandiosa, no tanto por la puesta en escena siempre espectacular que suele tener, sino porque es una ópera muy lírica y musicalmente tremendamente interesante.

Veamos a Anna Netrebko en el aria Ritorna vincitor.

 

 

Desdémona de Otello (1887)

La fiel esposa de Otello va a tener un final dramático por culpa de Yago y los celos infundados de Otello. A ella Verdi le escribió una lírica escena final antes de morir a manos de su esposo. Ella es la víctima inocente de una relación tóxica entre Yago y Otello.

Vamos a oir a Victoria de los Ángeles en la Plegaria final, Ave Maria

 

 

Mrs. Ford, Nanetta, Mrs.Page y Mrs. Quickly de Falstaff (1893)

La última ópera de Verdi nos deja cuatro heroínas verdianas, y es que entre las cuatro se las ingenian para burlar al fátuo Sir John Falstaff. Lo cierto es que esta ópera es un caramelo para cualquiera de los intérpretes. Veremos la escena en la que Mrs.Ford y Mrs Page comprueban que ambas hab recibido la misma «apasionada» carta de amor de Falstaff, y deciden burlarse de él.

Vamos a ver a Raina Kabaivanska como Mrs. Ford; Janet Perry como Nanetta; Trudeliese Schmidt como Mrs. Page y Christa Ludwig como Mrs. Quickly. Producción del Festival de Salzburgo de 1982. Dirige Herbert von Karajan.

 

 

 

 

 

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