Rigoletto de Verdi
Rigoletto, ópera de Giuseppe Verdi con libreto de Francesco Maria Piave fue estrenada en Venecia en 1851.
Rigoletto es junto a La Traviata y el Trovatore una de las que forman la llamada trilogía popular de Verdi.
Rigoletto narra la tragedia de un bufón de la corte de Mantua, jorobado y servil, que ve como su propia hija será víctima del libertino de su patrón el Duque de Mantua.
Originariamente se basa en la obra de Victor Hugo «Le roi s’amuse», pero la censura italiana no permitió a Verdi que el protagonista que encarnaba lo peor, fuera un rey, así que la acción se trasladó a Mantua y el rey se convirtió en un Duque sin demasiada importancia.
Verdi se arriesgó a dar el papel principal a un personaje marginal, como es un bufón, al que le permite mostrar su cara más miserable y a la vez su faceta más humana como padre doliente.
El papel de Rigoletto es para barítono, muy codiciado por todos los cantantes que poseen esa tesitura. Requiere un buen nivel actoral.
Gilda es un papel para soprano ligera o lírica.
El papel de Duque es para tenor lírico. Sparafucile, es un papel para bajo y Maddalena para mezzosoprano.
ARGUMENTO ACTO I
En el palacio del Duque de Mantua tiene lugar una de las habituales orgías que el Duque organiza acompañado de los cortesanos aduladores y de su bufón, el jorobado Rigoletto. El Duque hace su presentación diciendo que tanto le da una mujer como otra, aunque está intentando conquistar a la mujer del conde de Ceprano ante sus propias narices, aunque el conde intenta impedir el acercamiento del Duque a su esposa, no lo consigue. Rigoletto observa la ira del conde, y se burla de él, ya que se siente seguro por estar bajo la protección del Duque. Sin embargo, los cortesanos ya están cansados de las impertinencias del bufón y deciden escarmentarlo: creen que tiene una amante, y empiezan a maquinar como escarmentarlo.
En la fiesta aparece el duque de Monterone, con una furia tremenda contra el Duque de Mantua por haber deshonrado a su hija, de eso también se burla Rigoletto, siendo finalmente objeto de las maldiciones del duque de Monterone.
Al ir hacia su casa, Rigoletto sigue impresionado por la maldición proferida por Monterone, cuando se encuentra con un siniestro personaje, Sparafucile, que no es más que un asesino a sueldo. No le hace demasiado caso, pero toma nota de sus servicios.
Rigoletto se encuentra con su hija, Gilda, custodiada por la criada Giovanna. Rigoletto no permite que su hija salga de casa si no es para ir a la iglesia, y siempre acompañada. Gilda ignora cual es el verdadero trabajo de su padre. Cuando están hablando, Rigoletto cree haber oído ruídos fuera de la casa y sale a ver que pueda ser, entonces alguien se cuela en su casa con la ayuda de Giovanna. Alguien que no es otro que el mismísimo duque de Mantua, que ha conocido a Gilda en sus visitas a la iglesia. La muchacha cree que se trata de un estudiante pobre y bueno, llamado Gualtier Maldé.
Rigoletto sale de la casa no sin antes repetir las recomendaciones a su hija de que nunca salga de casa.
En ese momento se encuentran Gilda y el duque, que se confiesan su amor. El idilio se ve interrumpìdo por unos ruídos en la calle, y el duque se va, ante el miedo de Gilda de ser sorprendidos por su padre.
Los que rondan la casa son Marullo y otros cortesanos, dispuestos a raptar a la que creen amante del bufón. Cuando se disponen a hacerlo, Rigoletto regresa, entonces los cortesanos le convencen de que quieren raptar a la condesa de Ceprano, que vive delante, él los cree e incluso se brinda a participar en la broma. Los cortesanos le vendan los ojos, y cuando se da cuenta, los cortesanos ya se han llevado a su hija, que en el rapto ha perdido un pañuelo. Rigoletto cree que todo se debe a la maldición proferida por Monterone.
ACTO II
El duque de Mantua se lamenta de que al volver a ver a Gilda no la encontró por haber sido víctima de un rapto. Lo que no sabe es que pronto los cortesanos se la van a traer a él, lo cual le provoca al saberlo una inmensa alegría.
Pronto reaparece Rigoletto, que al principio disimula su tremenda preocupación, pregunta por el duque y le contestan que está cazando. Los cortesanos, le dicen, burlándose, que si ha perdido una amante la busque en otra parte. Rigoletto confiesa que no es su amante, sino su hija.
Gilda sale llorando de las habitaciones del duque y confiesa a su padre cómo se enamoró de un joven que resultó ser el malvado duque. Rigoletto jura venganza a pesar de las súplicas de Gilda de que no lo haga.
ARGUMENTO ACTO III
La acción se situa en el hostal que Sparafucile regenta con su hermana, la bella Maddalena. Allí llega Rigoletto con Gilda para que se de cuenta de la clase de hombre es el duque, del que, a pesar de todo, sigue enamorada. Así ve como al poco tiempo llega el libertino pidiendo vino y una cama. Llega Maddalena y hay una escena de seducción por parte del duque a la que Maddalena no es indiferente.
Rigoletto ha pactado con Sparafucile, el asesinato del duque, le paga la mitad de lo estipulado, la otra mitad, al serle entregado el cuerpo sin vida del duque. Rigoletto ha ordenado a Gilda vestirse de hombre e ir a Verona.
Maddalena, que conoce el pacto de asesinato, insiste al duque para que se vaya, pero una fuerte tormenta se lo impide, así que lo acompaña a su habitación y le quita la espada cuando se ha dormido. Maddalena suplica a su hermano que no lo mate, Sparafucile dice que no puede faltar a su palabra. Entonces Maddalena le propone matar al primero que llame a la puerta y entregar a Rigoletto ese cuerpo en lugar del del Duque. Sparafucilñe accede. Esta conversación la oye Gilda, que ha desobedecido las órdenes de su padre, y decide ser ella quien salve la vida del Duque. Llama a la puerta del hostal y recibe la puñalada de Sparafucile, que la mete en un saco.
A la hora convenida, Saparfucile entrega el saco con el cuerpo. Rigoletto cree que ya tiene vengada la afrenta hecha a su hija, cuando oye cantar al Duque, horrorizado abre el saco y ve con terror que quien está dentro es su propia hija, Gilda, que agonizante le promete rezar por el en el cielo. Rigoletto fuera de sí y roto por el dolor clama que ha sido castigado por la maldición de Monterone.
La ópera Rigoletto de Giuseppe Verdi
Para ver la ópera completa
Rigoletto de Placido Domingo (trailer)