San Francisco de Asís de Messiaen – Ópera del siglo XX

SAN FRANCISCO DE ASÍS DE MESSIAEN – ÓPERA DEL SIGLO XX

 

San Francisco de Asís de Messiaen

 

Introducción

Dos de las más grandes óperas del siglo XX nacen de una profunda inspiración religiosa, y ambas pertenecen a compositores franceses. Hablamos de San Francisco de Asís de Messiaen y Diálogos de carmelitas de Francis Poulenc. Hoy vamos a hablar de la primera. San Francisco de Asís de Messiaen en una ópera grandiosa que por desgracia no se representa muy a menudo. Es cierto que una orquesta de ciento veinte músicos y un coro de ciento cincuenta voces, además de unos sólidos intérpretes solistas no es algo fácil de gestionar.

Hoy veremos dos fragmentos de dos momentos claves de esta ópera interpretados por el bajo-barítono José van Dam, que fue quien la estrenó en París en 1983.

 

San Francisco de Asís de Messiaen

Toda la producción musical de Olivier Messiaen está marcada por su fe, así que cuando se le encargó, por parte del entonces presidente de la República francesa Georges Pompidou, su sentimiento religioso afloró de nuevo. Messiaen, gran estudioso de Mozart y Wagner, nunca pensó en escribir una ópera hasta que se le encargó la que hoy comentamos. La sencilla figura de San Francisco cobra una extraordinaria dimensión en la partitura de Messiaen.

La ópera se compone de ocho escenas franciscanas, que son independientes unas de otras, pero que no son números aislados sino que se encadenan perfectamente. Por orden son las siguientes: Los laudes, El beso al leproso, El ángel viajero, El ángel músico, La predicación a los pájaros, Los estigmas y Muerte y resurrección.

A fin de enfocarse en el progreso de la gracia en el alma de Francisco luego de su conversión, Messiaen omitió ciertos episodios en la vida de su héroe, entre ellos, la relación (a veces romantizada) entre Francisco y Santa Clara, y la fábula de la domesticación de un lobo salvaje en Gubbio. También ignoró la documentación intercambiada entre Francisco y su padre, Pedro, evitando así temas edípicos.

Los críticos, más tarde, regañaron a Messiaen por comenzar la acción después de la conversión de Francisco. El compositor defendió su elección en una entrevista con Claude Samuel: «Algunas personas me han dicho: “¡En su trabajo no hay ningún pecado!”. Pero yo mismo siento que el pecado no es interesante, lo sucio no es interesante. Prefiero las flores. Dejé al pecado fuera»

AQUI dejamos el enlace al libreto de San Francisco de Asís de Messiaen para que se puedan seguir los fragmentos que son Los laudes y La predicación a los pájaros.

 

 

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