HEROÍNAS DE STRAUSS
Introducción
Richard Strauss (1864 – 1949) es uno de los últimos, junto con Giacomo Puccini, de los llamados clásicos de la ópera. Compuso quince óperas y en ellas hay un denominador común: la presencia de una protagonista femenina de importancia, aunque a veces hay más de una. Por este motivo hoy dedicaremos este espacio a hablar de las heroínas de Strauss, es decir de aquellas protagonistas de diez de sus óperas más destacadas que merecen estar en el cuadro de honor de personajes operísticos.
De los fragmentos escogidos hay algunos de cierta duración, así que aconsejo tomárselo con calma y tiempo para disfrutar de la bellisima música de Strauss.
Reconozco que tengo una especial debilidad por este compositor que supo crear una música tan fuera de lo común, que seduce desde la primera nota.
Heroínas de Strauss
Como siempre vamos a ir de la más antigua la más actual. Estas son las heroínas de Strauss que nos van a acompañar hoy.
Salomé – Salomé (1905)
Con la ópera Salomé empieza la carrera de éxitos que no lo abandonaría. El libreto es una traducción al alemán a cargo de Hedwig Lachmann, de la obra de Oscar Wilde. La soprano que interprete a Salomé ha de tener una gran envergadura vocal y escénica. Vamos a ver el final de la ópera con una de las mejores intérpretes del rol: Montserrat Caballé. Teatro de la Zarzuela, Madrid 1979. Julius Rudel, director.
Elektra – Elektra (1909)
Esta ópera marca el inicio de su colaboración con su libretista Hugo von Hoffmannsthal, que daría páginas de oro a la lírica. Esta ópera en un acto es de lo más sobrecogedor que se puede ver en escena, tal es la fuerza tanto de la protagonista principal como de los otros intérpretes. En Strauss hay pocas cosas prescindibles, así que no hay papel pequeño.
El final de la ópera, Ob ich nicht höre, lo veremos con Birgit Nilsson, Elektra – Leonie Rysanek, Chrysothemis – Metropolitan Opera Orchestra. James Levine 1980.
La Mariscala y Sophie – Der Rosenkavalier (1911)
De la fuerza arrolladora de las dos protagonistas citadas anteriormente, pasamos a otro tipo de fuerza con los personajes de la Mariscala y Sophie de El caballero de la rosa, el de la Mariscala es uno de los preferidos entre las heroínas de Strauss por el público. En esta ópera, Strauss evoca el ambiente galante y refinado de la época dorada de Viena en un claro homenaje a W. A. Mozart.
El final de Der Rosenkavalier reúne a las dos protagonistas junto a Octavian y Faninal. Lo vemos con Elīna Garanča (Octavian), Renée Fleming (Marschallin), Erin Morley (Sophie), Markus Brück (Faninal). The Metropolitan Opera, 2017.
Ariadne y Zerbinetta – Ariadne auf Naxos (1916)
Esta es una de las óperas de Strauss considerada como una de las mejores. En ella, además del personaje de Ariadne aparece el de Zerbinetta, que será una figura de gran lucimiento vocal que aparecerá en otras del compositor.
En la escena final las veremos a ambas, además del personaje de Bachus, con un reparto de lujo: Gundula Janowitz, Ariadne, René Kollo, Bacchus, Edita Gruberova, Zerbinetta. Vienna Philharmonic. Karl Böhm, director.
La emperatriz – La mujer sin sombra (1919)
Die Frau ohne Schatten, La mujer sin sombra, es una ópera en tres actos. El libreto es un original de Hugo von Hoffmannsthal, lleno de simbolismos, que bajo la imagen de la fertilidad, que es la sombra que busca la Emperatriz, nos habla de la inmortalidad y la vida terrena.
Una ópera que aunque parece complicada, atrapa a medida que se la escucha. Veremos el final de la producción de Christof Loy y dirección musical de Christian Thielemann al frente de la Filarmónica de Viena con Esteban Gould, Ana Schwanewilms, Wolfgang Koch y Evelyn Herlitzius. Frestival de Salzburgo 2011.
Helena – Die Ägyptische Helena (1928)
A Hugo von Hoffmannsthal (ya vemos que influía mucho en Strauss), le encantaban las tramas complicadas que el compositor seguía aunque no siempre con los mejores resultados. Es el caso de Helena egipcíaca, que no acabó de cuajar, pero es una de las heroínas de Strauss que creo que por su potencia escénica debe figurar en esta selección; argumentos aparte.
Deborah Voigt interpreta el aria Zweite Brautnacht, del acto II.
Arabella – Arabella (1933)
La siguiente de las heroínas de Strauss nos vuelve a llevar a Viena, no a la elegante y refinada de El caballero de la rosa, pero Viena siempre tiene encanto y la aristocracia su punto de fascinación, aunque ahora vivan en un hotel. Esta fue la última de las colaboraciones con Hoffmannsthal, que murió antes de que Strauss acabara con la composición.
Veremos el final, Das war sehr gut, Mandryka, con Renée Fleming como Arabella y Thomas Hampson como Mandryka. Christian Thieleman dirige a la Filarmónica de Viena. Festival de Salzburg 2014.
Aminta – Die Schweigsame Frau (1935)
La mujer silenciosa, de nuevo una mujer protagonista de una ópera de Strauss, Aminta es la protagonista de esta ópera que contaba con libreto, nada menos, que de Stefan Zweig. El argumento podría compararse al de Don Pasquale de Donizetti.
Esta ópera de 1935 tuvo como marco ambiental la presencia de la dictadura nazi en Alemania, así que la presencia de un judío, Zweig, tenía que ser minimizada al máximo.
Vamos a ver el final del acto II y de la ópera con Reri Grist, Barry McDaniel (y Kurt Moll fuera de escena).
Dafne – Dafne (1938)
Dafne se estrenó en la Ópera Estatal de Dresde el 15 de octubre de 1938, y recrea el mito de Dafne y Apolo, así pues la acción se sitúa en la edad mitológica. Conocemos que el personaje de Dafne se metamorfosea en laurel, por eso es impresionante ver la música que compuso Strauss para finalizar la ópera, el canto de Dafne se transforma en un balbuceo para terminar desapareciendo y dejando solamente la música.
Ricarda Merbeth es Dafne.
Madeleine – Capriccio (1942)
Con la condesa Madeleine llegamos a la última de las heroínas de Strauss. Esta ópera llegó en un momento terrible para el compositor por las circunstancias que se vivían en Alemania. El tema de Capriccio es el eterno debate sobre la relevancia entre la poesía y la música, y qué va antes, una discusión que parece superflua por el momento histórico, pero era un tema que Strauss quería tratar desde mucho tiempo atrás.
Jessye Norman canta el aria final de Madeleine, Du Spiegelbild der verliebten Madeleine.