EL HOGAR EN LA ÓPERA – TRES HOGARES OPERÍSTICOS DE PUCCINI
Hace poco dedicábamos un artículo a las casas en la ópera, todo motivado por el estado de alerta que sufrimos a causa del coronavirus que nos obliga a estar confinados en nuestros hogares.
Hoy queremos hablar del hogar en la ópera. No hablamos de una casa simplemente. Hablamos de hogar, de ese espacio en el que disfrutamos y podemos ser felices. Y hemos encontrado tres momentos en tres óperas de Puccini en las que los personajes hablan de su hogar. En algun caso, lamentando su pérdida.
Todos sabemos que una casa no tiene porque ser necesariamente un hogar. Hace falta amor para convertir esas cuatro paredes en ese espacio que calificamos con la entrañable palabra hogar.
El hogar en la ópera
La bohème
El primero que veremos es el hogar en la ópera La bohème que describe Mimì. La verdad es que todo el primer acto transcurre entre las cuatro paredes de la casa que Rodolfo comparte con sus amigos. Esa famosa buhardilla del Barrio Latino parisino será el escenario del enamoramiento entre él y Mimì. Cuando Rodolfo ya ha hecho su presentación le toca el turno a ella. Lo que nos explicará Mimì es como vive en su casa. El momento álgido de esta aria, Sì, mi chiamano Mimì, es precisamente cuando narra cómo vive ella, desde su humilde estancia, cuando le llegan los primeros rayos de sol del mes de abril.
Anna Netrebko es Mimì.
Tosca
En el acto primero, Cavaradossi que está pintando en la iglesia de Sant’Andrea della Valle, recibe la visita de Tosca. En medio de todas las recriminaciones que Tosca le hace de la mujer que representa la Magdalena en el fresco de su amado, habla de su hogar. El hogar en la ópera Tosca es el nido de amor que comparten la cantante y el pintor. Veamos como la describe:
Non la sospiri la nostra casetta
che tutta ascosa nel verde ci aspetta?
Nido a noi sacro, ignoto al mondo inter,
pien d’amore e di mister?
Lo que traducido es:
No suspiras por nuestra casita que,
oculta en el bosque, nos espera?
Nuestro nido sagrado,
desconocido de todos,
lleno de amor y de misterio
Vamos a ver a Sonya Yoncheva y a Vittorio Grigolo en Non la sospiri la nostra casetta?
Madama Butterfly
En esta ópera, la que está en casa siempre es Cio-Cio San. Sin embargo será Pinkerton, que voló del nido abandonándola, el que cante la nostalgia del hogar perdido. Al final de la ópera, cuando ha vuelto después de años de alejamiento de la joven japonesa y viene para abandonarla nuevamente y llevarse a su hijo, tiene un momento nostálgico del hogar en que vivió ese amor. No sabemos si el remordimiento por lo que había hecho y por lo que haría después le conmovió para tener ese recuerdo. Es el aria Addio fiorito asil.
Plácido Domingo es Pinkerton.