Conventos en la ópera – Escenas conventuales en la ópera


Conventos en la ópera – Escenas conventuales en la ópera

CONVENTOS EN LA ÓPERA – ESCENAS CONVENTUALES EN LA ÓPERA

 

Conventos en la ópera

 

No son pocas las óperas en las que aparece un convento. Normalmente, sobre todo en las óperas del romanticismo, los conventos suelen ser los lugares donde recluírse por desengaños amorosos o donde van a parar algunas jovencitas. Así pues, sin necesidad de rebuscar encontramos cinco ejemplos de conventos en la ópera.

 

Conventos en la ópera

Nuestro recorrido por los conventos en la ópera empezará en pleno romanticismo para terminar en una ópera del siglo XX. En la época romántica había escenarios que eran muy del gusto del público, y los conventos estaban entre ellos, así como los cementerios, castillos en ruínas y todo lugar un poco siniestro o envuelto en misterio. En los conventos hay misterio porque no se sabe muy bien lo que sucede tras los muros que los apartan del mundo. Además, como hemos dicho, era el lugar al que acudían tanto hombres como mujeres tras un  fracaso en el amor.

Vamos a ver estas cinco escenas de conventos en la ópera.

La favorita – Gaetano Donizetti (1840)

A un convento irá el personaje de Fernando tras su deshonroso matrimonio con Leonora, la favorita del rey. Sin embargo no la puede olvidar y recuerda su espíritu gentil. Para añadir más dramatismo, Leonora llegará exhausta al convento para pedir perdón, naturalmente morirá en brazos de un aún más desesperado Fernando.

El aria es Spirto gentil y la canta Alfredo Kraus. Lamentamos que la imagen no sea muy buena, pero su interpretación es magistral.

 

 

La forza del destino – Giuseppe Verdi (1863)

En el convento también acaba esta otra Leonora, la protagonista de La Forza del destino, y casualmente también allí acabará don Álva ro, su enamorado y el hermano de Leonora y enemigo mortal de Álvaro, don Carlo. Los dos hombres se enzarzan en una pelea que costará la vida a don Carlo, quien antes de morir, tiene tiempo para matar a su hermana a la que reconoce a pesar de ir vestida de ermitaña. Don Álvaro también deseará morir ante tanta tragedia.

Vamos a ver a Anna Netrebko en el aria Pace, pace mio Dio.

 

 

Manon – Jules Massenet (1884)

En esta ópera, el caballero Des Grieux va a tomar los hábitos despues de que Manon lo ha abandonado. Pero en su caso va a quedar solo en un intento, porque hasta él llegará una seductora Manon que lo sacará de su retiro. Aún les quedarán muchas vivencias y tragedias para vivir a esta pareja.

Veremos a Edita Gruberova y a Francisco Araiza en la famosa escena de Saint Sulpice.

 

 

Suor Angelica – Giacomo Puccini (1918)

Hemos dejado atrás el romanticismo, pero siguen apareciendo conventos en la ópera. Puccini escribió una de las óperas más emblemáticas de este tema. Para escribir la triste historia de Angelica, obligada a entrar en un convento por su familia, y captar bien lo que era un convento femenino, Puccini visitó a su hermana monja, Iginia, en el convento de Vicopelago donde era superiora.

De Suor Angelica hemos puesto más de una vez el aria Senza mamma, hoy vamos a ver el final. A solas, en las sombras del atardecer, evoca tiernamente a su hijito en una desolada plegaria. Se ve atrapada por una visión celestial — cree oír a su hijo llamándola para encontrarlo en el Paraíso. Para reunirse con él se toma un brebaje venenoso. Al darse cuenta de lo que ha hecho pide perdón a la Virgen. Al morir verá a la Virgen con su propio hijo que la llevarán al cielo.

Renata Scotto es Suor Angelica.

 

 

Dialogues des carmélites – Francis Poulenc (1957)

Y llegamos al final de nuestro recorrido por los conventos en la ópera con la que escribiera Francis Poulenc basada en un hecho real que podemos leer extensamente explicado AQUI. En la escena que veremos se reproduce el martirio de las monjas ajusticiadas a morir en la guillotina.

Es una producción de Robert Carsen para la Scala de Milán de 2004. Salve Regina.

 

 

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