Cinco extraordinarias arias de Don Carlo de Giuseppe Verdi

CINCO EXTRAORDINARIAS ARIAS DE DON CARLO DE GIUSEPPE VERDI

 

Arias de Don Carlo

 

En este repaso que estamos haciendo de las mejores arias de las óperas de Verdi, llegamos a Don Carlo.

Aquí se pueden encontrar todos los detalles de la ópera Don Carlo, como son las versiones, fechas de estreno, argumento etc. No vamos a redundar en ello y nos vamos a centrar en las cinco arias de Don Carlo que hemos escogido. Sin embargo, antes, dos consideraciones sobre esta ópera.

 

Dos cosas sobre Don Carlo

Ambas nos parecen relevantes. Una es sobre el estilo musical de Don Carlo. Verdi adopta cada vez un estilo más abierto en su manera de componer. Los números cerrados van desapareciendo, tal vez por influencia wagneriana. Esto culminará en el Otello donde la fluidez musical se ve desde el principio hasta el final. En Don Carlo la riqueza musical es apabullante. La verdad es que hasta sabe mal centrarse en las arias y pasar por alto los dúos etc. Por eso, una vez más, recomendamos redescubrir la ópera completa.

La otra consideración que queremos hacer es acerca de un personaje fundamental en Don Carlo como es el Gran Inquisidor. Verdi, que se preocupaba cada vez más de dar realismo y veracidad a sus personajes, a éste lo crea ciego. El Gran Inquisidor representa lo peor de la Iglesia del momento. Su cerrazón y su crueldad lo hacen ciego a toda otra consideración o afecto humano. Verdi delinea este personaje con la música del contrafagot. Su sonoridad define la personalidad abyecta del Gran Inquisidor.

 

Las cinco arias de Don Carlo

Como se sabe, o se ha podido leer en el enlace a la Wikipedia, existen dos versiones: La francesa y la italiana. Nosotros vamos a oir las cinco arias de Don Carlo en la versión italiana.

 

Io la vidi

Es el aria de Don Carlo del acto I. Aquí vamos a hacer un dos por una. Vamos a escuchar, en primer lugar, el aria de la versión italiana que empieza con el recitativo Io l’ho perduta y sigue con el aria Io la vidi. Posteriormente, y para ver la diferencia, oiremos el aria traducida literalmente al italiano de la versión original francesa. veremos como cambia la melodía y el texto.

En el primer caso, don Carlo está desesperado porque la que iba a ser su esposa es ahora su madrastra. Elisabetta de Valois se va a convertir en la esposa de su padre Filippo II.

Vamos a escuchar la versión de Jaume Aragall. Ópera de Viena 1976. Dirige: Miguel-Ángel Gómez-Martínez.

 

 

 

 

Ahora la versión original en italiano. Aquí don Carlo se encuentra feliz por haber conocido a la que será su esposa. Ésto es lo que dice el texto del aria:

Yo la he visto, y en su sonrisa
me parece que centellea el sol;
como el alma, al paraíso
le abre la esperanza, el vuelo.
Tanta alegría me prometo
que mi corazón, henchido, se expande;
Dios, sonríe a nuestro afecto,
bendice un casto amor.

Evidentemente el final será el mismo. Don Carlo perderá a Elisabetta. Carlo Bergonzi es don Carlo. Nello Santi dirige la New Philharmonia Orchestra.

 

 

 

 

Ella giammai m’amò

Grandiosa, porque no se puede decir más, es esta aria del personaje de Filippo II. De las arias de Don Carlo esta es una de las más sublimes. En el tercer acto encontramos al rey Filippo II solo en sus habitaciones. Este largo monólogo precedido de un solo de violonchelo define la soledad del monarca. Reconoce que su esposa no le amó jamás y siente más que nunca la soledad que acompaña al poder. En esta aria entramos dentro del alma de un hombre desgraciado y absolutamente infeliz.

Nicola Rossi-Lemeni es Filippo II. Grabación de 1967 (Tokio)

 

 

 

O don fatale

La tercera de las arias de Don Carlo es la que corresponde al personaje de la princesa de Eboli. Un personaje intrigante como tantos ha habido en las cortes reales.

A esta aria le han precedido unos momentos musicales de gran calibre. El último de ellos ha sido el dúo con la reina. Ésta le ordena que abandone la corte inmediatamente y que se exilie o ingrese en un convento. Sus culpas, entre las que está haber sido amante del rey, así lo exigen.

O don fatale es una auténtica aria de bravura, de desesperación. Eboli maldice que su belleza haya sido fuente de tantas desgracias. Cocluye con la idea reparadora de salvar a don Carlo.

El papel de Eboli es para una mezzosoprano o soprano dramática o falcon. Lo que no puede faltar en ningún caso es la fiereza que requiere el personaje.

Fedora Barbieri es la princesa de Eboli. Grabación de 1956 (Florencia). Firige Antonino Voto.

 

 

 

 

Per me giunto è il dì supremo

Es el aria del personaje del Marqués de Posa, papel para barítono. Posa es el amigo de don Carlo. Él cargará con las culpas que le adjudican al príncipe.

En esta aria, Posa se despide de don Carlo, prisionero. Sabe que los esbirros de la Inquisición le darán caza y morirá.

Como suele ser habitual en Verdi, el barítono tiene momentos musicales bellísimos y de gran elegancia. Este caso no es distinto. Oiremos a Dietrich Fischer-Dieskau hacer una auténtica exhibición. Alberto Erede dirige la Filarmónica de Berlín. 1960.

 

 

 

Tu, che la vanità

Es la última de las cinco arias de Don Carlo que hemos elegido. Pertenece al personaje de Elisabetta de Valois. También es de las últimas grandes arias de la ópera. Se encuentra en el último acto. Elisabetta se encuentra ante la tumba del emperador Carlos V. Es una plegaria en la que pide compasión por su dolor, por su amor perdido. Recuerda con nostalgia los tiempos pasados. Espera un último encuentro con don Carlo y ya no espera nada más.

Nuestra Elisabetta será la soprano holandesa Gré Brouwenstijn. Grabación de 1959.