WALTHER, PERSONAJE DE LOS MAESTROS CANTORES DE NUREMBERG
En las óperas de Richard Wagner encontramos leyendas, historias y tradiciones germánicas de todos los tipos. En la ópera de la que vamos a hablar hoy, Wagner nos cuenta como eran los concursos de canto que organizaban los maestros cantores. Éstos formaban parte de los gremios de artesanos y comerciantes de clase media alemana entre los siglos XIV al XVI.
Estos concursos de canto no eran cualquier cosa, de haberlo sido seguramente Wagner no se hubiera fijado en ellos. Habían reglas estrictas sobre cómo se debían desarrollar. Las melodías que inventaban los cantores se debían ajustar a un serie de normas tradicionales que no se podían obviar.
Wagner burlón, pero hasta cierto punto
Con esta ópera, Wagner tuvo el vehículo ideal para ridiculizar estas normas que abrazaban la tradición como única verdad musical. No habla de la antigüedad, él lleva el argumento para hablar de sí mismo y de su música.
Toda la ópera de Los maestros cantores de Nuremberg pivota sobre tres personajes: Hans Sachs, el maestro cantor más famoso y que existió en realidad, el joven Walther von Stolzing y el severo maestro cantor Sixtus Beckmesser.
Wagner criticará abiertamente ese rigor tradicionalista, pero al final, en boca de Sachs va a poner paz entre los dos rivales, Stolzing y Beckmesser: toda innovación es posible gracias a que antes ha existido una tradición cultural que la ha sostenido. Los maestros cantores es una comedia, y no puede terminar con sangre.
…Sin embargo no desaprovecha la oportunidad…
Wagner tenía un crítico feroz, Eduard Hanslick, un vienés de gustos muy conservadores y absolutamente crítico con la obra de Wagner que consideraba demasiado innovadora. Con el ridículo rol de Beckmesser lo que Wagner quiso fue hacer una crítica feroz a su vez en contra de Hanslick.
Walther es Wagner
Walther está enamorado de Eva, la hija de Pogner el maestro panadero. Para casarse con ella deberá ganar el concurso de canto.
Nuestro personaje de hoy, Walther, defiende la música del futuro, lo mismo que hizo Wagner. Es el héroe de esta historia. Se enfrentará a las críticas de Beckmesser pero también tendra que vencer la desconfianza del resto de maestros cantores. No se van a borrar de un plumazo años y años de sujección a la tradición más severa.
Cuando Walther se presenta ante los maestros cantores para decir que quiere participar en el concurso afirma que las obras de Walter von der Vogelweide fueron su inspiración poética, y sus maestros en música fueron los pájaros y la propia naturaleza.El resultado es que Walther es rechazado.
Veamos a Marco Jentzsch. Festival de Glyndebourne 2011. Aria: Am stillen Herd.
Al final, gana el concurso
Pues sí, Walther se hace con el premio y con la mano de Eva. Sin embargo, los prejuicios sociales de Walther hacen que rechace el collar de los maestros cantores. Después de que Hans Sachs, como hemos dicho, aplacara los ánimos, Eva tomará la corona de laurel y Sachs recibirá el elogio de todos por su alegato sobre el arte alemán. Wagner no daba puntada sin hilo, y en estos momentos es cuando más se ve.
El aria del concurso o del premio lleva el nombre de Morgenlich leuchtend im rosigen Schein. La canta Peter Seiffert.