Seguimos con la explicación de como fueron los inicios de la ópera, y hablaremos de su expansión en Europa, antes de adentrarnos en los periodos en que se clasifica este género musical.
En el capítulo dedicado al nacimiento de la ópera , vimos que todo empezó en Italia, pero el interés por ver y crear ópera se extendió rapidamente, y por proximidad tal vez, donde antes llegó fue a Francia.
Los inicios de la ópera en Francia
Del mismo modo que en Italia existía la Camerata Fiorentina dedicada a rescatar los ideales del clasicismo griego y romano, en Francia existía la Académie de Poésie et de Musique, que perseguía el mismo objetivo, pero sus integrantes no se salieron tan airosos del intento como los italianos en su empeño de rescatar el espíritu de los clásicos.
Fue otro italiano, el cardenal Mazarino, quien contrató a un compositor (italiano, por supuesto) para que compusiera una ópera con motivo de la celebración de la boda del rey Luis XIV con María Teresa de Austria. El compositor era Francesco Cavalli y la ópera fue Ercole amante (1662). Esta ópera fue un fracaso, a los franceses no les gustaron varias cosas de esta pieza. En primer lugar quedaron horrorizados con los castrati , que eran las auténticas figuras de la ópera en ese tiempo, tampoco les gustó que el idioma empleado en Ercole amante fuera el italiano, y por supuesto que careciera de algo tan francés como el ballet, que estaba presente en cualquier evento musical, fiesta o espectáculo que se hiciera en Francia.
A todo esto le puso remedio otro italiano, Giovanni Battista Lulli, quien lo primero que hizo fue afrancesar su nombre pasando a ser Jean Baptiste Lully, que es como ha pasado a la historia de la ópera. Lully vio lo que disgustaba a los franceses y lo cambió: las arias fueron más cortas, el idioma era el francés, y por supuesto no había castrati por ningún lado, también incluyó el tan deseado ballet. Así compuso Les noces de Cadmus et Ermione (1673). A partir de ahí compuso otras óperas que se representaban en la corte de Versalles y en París.
En Francia la ópera estaba subvencionada por la monarquía, así que se podía contar con orquesta, coro, bailarines y lo que hiciera falta. Todo esto se había ido suprimiendo paulatinamente en Italia, ya que los empresarios de los teatros no podían pagar tantos sueldos.
A pesar de la aparente facilidad para que la ópera fuera un éxito en Francia, no fue así, y el motivo era estrictamente musical. Al desechar todo lo italiano, los franceses también olvidaron algo imprescindible: la técnica, que sí tenían los italianos. Logicamente, antes como ahora, sin buenos intérpretes no existe la ópera, y en Francia este género quedó estancado.
Los inicios de la ópera en Viena
Una de las cortes con más influencia en la Europa barroca era la corte de Viena, que influía en todo el ámbito germánico de un modo decisivo.
¿Pero cómo llegó la ópera a Austria, y a Viena más concretamente? Pues la respuesta está ligada otra vez a la cuna de la ópera, Italia. Fue un italiano, Marco Antonio Cesti, que había ocupado el lugar que dejó vacante en Venecia, Francesco Cavalli como compositor.
Cesti, en los veranos, suponemos que por la bonanza climatológica, se desplazaba hasta Austria para presentar sus óperas. Haciendo un inciso, ésto parece ser la simiente de los festivales de ópera de verano. Cuando el emperador Leopoldo I, que además de emperador era músico, conoció la ópera se entusiasmó vivamente y la apoyó para que en la corte vienesa también se pudiera ver ópera. Como hemos dicho anteriormente, Viena marcaba tendencia, y pronto las principales ciudades alemanas quisieron copiar el modelo vienés, y se empezaron a abrir teatros de ópera, con lo cual se popularizó saliendo de los ámbitos puramente palaciegos.
Los inicios de la ópera en Inglaterra
En Inglaterra los inicios de la ópera, que los hubo, fueron muy complicados por motivos políticos. El rey Carlos I estaba en guerra con el Parlamento, y la perdió, así que fue juzgado y ejecutado. Se implantó la república de Cromwell, que con su puritanismo, no estaba por la labor de favorecer ningún espectáculo considerado frívolo. De hecho la música y el canto público estaban prohibidos. Cuando a Cromwell le sucede Carlos II, éste, en conflicto con Francia, sólo permite que llegue a la isla algo de ópera italiana.
Un compositor inglés, Henry Purcell compone una ópera: Dido y Eneas (1689), pero lo que podía haber sido el germen de una escuela inglesa, quedó truncado por la prematura muerte de Purcell, y se puede decir que hasta el S XVIII no se volverá a ver ópera italiana en Inglaterra.
¿Dónde no llegó la ópera en Europa?
No llegó a Rusia. La distancia, el clima y la cerrada monarquía rusa impidieron que la ópera llegara hasta allí.
En España tampoco se hacía ópera. La corte de Felipe IV era pobre, y si bien el virrey español de Nápoles, podía disfrutar de la ópera que se hacía en Italia, el rey en España no se lo podía permitir. Entonces es cuando nace la zarzuela, teatro musical y hablado, que era lo más parecido a la ópera que se podía ver en España.
Así pues, damos por terminadas las explicaciones referentes a los inicios de la ópera, y ya pasaremos a ver los distintos estilos de ópera que fueron apareciendo a lo largo de la historia.
Lo que sí es evidente es que la ópera en sus inicios era italiana, y tanta fue su influencia que el italiano ha sido el lenguaje que aún hoy en día se utiliza para describir términos musicales.
Ver más en HISTORIA DE LA ÓPERA
Un blog interesantísimo. Gracias por esta valiosa aportación, que contribuye a la divulgación en España y países de habla española de esa gran desconocida para muchos, la ópera. No estoy de acuerdo con las razones económicas para explicar el casi nulo desarrollo de una ópera española, la corte de los Austrias sí era lo suficientemente rica. Más bien serían razones de índole cultural ligadas al extraordinario y temprano desarrollo de su genero hermano, la zarzuela. Un saludo.
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Muy útil y además bastante claro, sin palabras raras ni frases que no se entienden como en otras páginas. Un artículo genial! Muchas gracias por vuestra ayuda!
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