ÓPERA RUSA – Historia de la ópera

opera rusa

 

 

La ópera rusa tuvo su época de máximo esplendor a partir de 1830 aproximadamente, a pesar de que ya en el siglo XVIII la emperatriz Catalina I dió la orden al teatro Bolshoi de San Petersburgo de que se representaran óperas, pero entonces la ópera que llegó a Rusia era inevitablemente italiana.

 

En el siglo XIX en nacionalismo empezó a cobrar más fuerza en el arte, la literatura y la música. De la unión entre música y literatura en Rusia empezaron a surgir óperas que se alejaban del modelo italiano. El escritor Alexander Pushkin entre otros, fueron los inspiradores para que muchos compositores pusieran música a obras literarias rusas. Es el caso de Mijail Glinka que se inspiró en un poema de Pushkin para componer su ópera Ruslan y Liudmilia,  y otras como Una vida por el zar que narra una historia de fuerte raigambre rusa.

 

Este espíritu hizo que en Rusia se fueran abriendo conservatorios de música como los de San Petersburgo y Moscú, además de inaugurarse el Teatro Marinskii en la primera de ellas en 1860.

 

En la evolución y crecimiento de la ópera rusa tuvo mucha importancia la creación del Grupo de los Cinco, que agrupó compositores como Balakirev, Cui, Mussorgsky, Borodin y Rimski-Korsakov. Todos ellos compusieron óperas que tenían unas características propias como eran contar con importantes coros y un montaje especatcular, todo ello reflejaba el espíritu ruso en todo su esplendor.

 

Algo más tarde emerge en el panorama musical ruso otra gran figura de la ópera rusa, se trata de Piotr Ilich Tchaikovsky, que sin renunciar a la temática rusa, supo dar a sus obras una dimensión más internacional.

 

La continuidad en la creación de ópera rusa estaba asegurada con dos alumnos de Rimski-Korsakov como fueron Igor Stravinsky  Sergei Prokofiev  que a pesar de haber salido de Rusia, reflejaron características propias de su patria en sus obras.

 

La política jugó también un importante papel en la evolución de la ópera rusa, aunque no fue siempre positivo. Se impuso desde el gobierno una doctrina artística: el Realismo Socialista, y los que no comulgaban demasiado con las ideas stalinistas lo tenían dificil para desarrollar libremente sus obras.

Este fue el caso de Dmitri Shostakovich que vió como el régimen denunciaba su ópera Lady Macbeth del distrito de Mtsensk. Hasta tal punto eran rígidas las consignas del partido que sólo se aceptaba la música melódica soviética. Inclusive la, aparentemente patriótica, opera Guerra y Paz de Prokofiev basada en la obra de Tolstoi fue vista con malos ojos por los gobernantes soviéticos.

 

Esta actitud sofocó las iniciativas creativas de estos compositores de modo que durante casi cuarenta años no se compuso ninguna ópera en Rusia. Tan sólo Boris Godunov o Eugene Onegin se representaban fuera de Rusia.  Con la desaparición de la Unión Soviética en 1991, la ópera rusa ha renacido nuevamente y son numerosos los títulos que se representan cada vez con más frecuencia no sólo en Rusia si no también en cualquier teatro de ópera del mundo, recuperando así una de las páginas más notables de la historia de la ópera.

 

 

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