Lucia e Isolda, dos locuras muy diferentes – Romanticismo


Lucia e Isolda, dos locuras muy diferentes – Romanticismo

LUCIA E ISOLDA, DOS LOCURAS MUY DIFERENTES – ROMANTICISMO

 

 

Hoy vamos a hablar de estas dos protagonistas de dos óperas del Romanticismo. Son Lucia e Isolda. Y las óperas, naturalmente son Lucia di Lammermoor y Tristán e Isolda. Durante la corriente romántica la figura femenina tuvo una importancia capital. Lucia e Isolda son unos claros ejemplos de lo que decimos.

Hablemos un poco de ellas. La historia de la ópera nos muestra como, en un mismo periodo musical, las ideas pueden llegar a ser muy distintas.

Estas óperas se estrenaron con treinta años de diferencia. Lucia di Lammermoor en 1835 y Tristán e Isolda en 1865. Y en esos treinta años la ópera romántica evolucionó muchísimo.

 

Lucia di Lammermoor

Esta ópera de Gaetano Donizetti reune un buen número de las características del Romanticismo en la ópera. Está ambientada en Escocia, un escenario tipicamente romántico. Aparecen un castillo en ruínas, cementerios y fantasmas. Y además, hay un escena de locura de antología.

El Romanticismo quería resaltar el sentimiento por encima de la razón. Todo lo contrario de lo que sucedía en la época precedentre del Clasicismo. También quería acercarse a la realidad en el canto. Se abandonaban todas las coloraturas barrocas que aparecían sin demasiado sentido en aquel periodo. Sin embargo, los cantantes querían lucirse y el público también lo esperaba. Así nacieron las arias de locura. Nadie podía cantar de aquel modo si no es que estaba privado de razón. Más bien deberíamos decir privada, porque las arias de locura son femeninas.

Vamos a ver la escena de locura de Lucia di Lammermoor. Veremos que la orquesta es un apoyo, que acompaña suavemente a la voz. Oiremos también dos instrumentos típicos del Romanticismo como son el arpa y la flauta.

Nuestra Lucia es la soprano Lisette Oropesa. Producción del Teatro Real de Madrid de 2018. Dirección musical de Daniel Oren. Dirección de escena: David Alden.

 


 

Tristán e Isolda

Durante el Romanticismo creció el interés de la gente por su propio pasado. Esto incluye leyendas y tradiciones. Richard Wagner encontró en la leyenda de Tristán e Isolda una maravillosa fuente para crear su ópera.

Más arriba hemos dejado el enlace para seguir el argumento de la ópera. En resumen, Isolda en vez de dar un filtro mortal a Tristán al sentirse despechada, lo que le da es un filtro de amor. Algo que también es extraordinariamente romántico. Evidentemente se enamorarán. Sin embargo, Tristán muere e Isolda enloquece y muere de amor.

Lucia e Isolda

Las dos protagonistas de hoy se encuentran en la misma situación. Ambas han perdido a su amor. Esto las lleva a perder la razón. Antes veíamos a Lucía y ahora veremos a Isolda.

Lo primero que notaremos como diferencia es el volumen de la orquesta. Como si fueran embates de olas, la música y la voz establecen un diálogo de fuerza. La densidad orquestal es un recurso para incrementar la emoción del momento que se narra.

Veremos a Waltraud Meier. Producción del Teatro alla Scala de 2007. Dirige Daniel Barenboim. La dirección de escena es de Patrice Chéreau.

 

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