MONÓLOGO Y MALDICIÓN DE ISOLDA (TRISTÁN E ISOLDA) – WAGNER
Introducción
La intención de Richard Wagner cuando escribió Tristán e Isolda , era hacer una ópera ligera. Ligera en el sentido de que había pocos personajes y un coro reducido, además su duración era moderada y la representación teatral no entrañaba demasiadas dificultades. Todo ello, pensaba Wagner, que ayudaría a remontar sus problemas financieros.
Sin embargo los teatros a los que les propuso la representación la juzgaron «inejecutable», así que tardó seis años en subir a un escenario (1865) y aún fue gracias a la insistencia de Hans von Bülov y el mismísimo rey de Baviera, Luis II.
En mi opinión Tristán e Isolda es una ópera de una grandiosa envergadura, el romanticismo en Wagner puede ser explosivo como es el caso de esta ópera. Durante toda la ópera el espectador se encuentra sumido en un mar de emociones y atrapado por una música que fluye de manera incesante y constante. No hay un momento de respiro, no hay un espacio en el que relajarse con un aplauso. No se puede romper el drama.
Tristán e Isolda hay que verla completa desde luego, pero es tan intensa que desmenuzarla en fragmentos ayuda a paladear mejor esa gran fuerza que tiene en cada nota.
Hoy dedicaremos este espacio al Monólogo y maldición de Isolda del acto I. Si se consulta el primer enlace podemos recordar la trama.
Monólogo y maldición de Isolda
Lo que vamos a oír en la voz de Kirsten Flagstad es el momento en que Isolda, junto a Brangäne, nos cuenta su doloroso destino. El fragmento, fundamental para cualquier soprano wagneriana que se precie, es de una violencia extrema.
Lo que cuenta Isolda es que poco después de la muerte de Morold, su prometido, dio refugio a un hombre herido que decía llamarse Tantris. Isolda sabía preparar filtros y bálsamos de un alto poder curativo gracias a las enseñanzas de su madre. Isolda consigue curarlo. Pero se fija en una muesca de de espada de Tantris. Esa muesca coincide exactamente con la herida que dio muerte a Morold. Con la espada en la mano, Isolda no consigue darle muerte porque en ese momento Tristán fija en ella su mirada.
Luego resultará que ese mismo hombre es el enviado por el rey Marke para ir a buscarla y llevarla con él para celebrar el matrimonio real, como fianza del tratado de reconciliación entre Cornualles e Irlanda.
Isolda explica todo esto en su Monólogo, y luego vendrá la maldición. Angustiada no quiere reconocer que ama a Tristán, e invoca la maldición (Fluch), a la venganza (Rache) y a la muerte (Tod) en una crispación en grado ascendente.
AQUI podemos seguir la traducción del texto.
Oigamos ahora a Kirsten Flagstad en el Monólogo y maldición de Isolda. el rol de Brangäne está interpretado por Elisabeth Höngen.