Come in quest’ora bruna

dimitrova simon boccanegra
COME IN QUEST’ORA BRUNA (SIMON BOCCANEGRA) – GHENA DIMITROVA

 

Come in quest’ora bruna es el aria del personaje de Amelia en el acto I de la ópera Simon Boccanegra de Giuseppe Verdi.

 

Recordemos que previamente a este acto I de Simon Boccanegra hay un Prólogo que sitúa la acción veinticinco años antes, donde se explica el origen  del personaje de Amelia (que en realidad se llama María Boccanegra, hija de Simon y nieta de Fiesco, enemigo de Simon Boccanegra).

 

En el momento en que oímos esta bellísima aria, Amelia está en el jardín de casa de los Grimaldi (en ese momento ella responde al nombre de Amelia Grimaldi) y espera a su amado Gabriele Adorno. La joven, contempla el mar con las luces de la aurora, y recuerda su infancia de huérfana. Ahora rodeada de lujo, sólo el amor le sonríe.

 

Escucharemos a la soprano Ghena Dimitrova en el rol de Amelia. Es una grabación del Teatro La Fenice de 1981. Dirige la orquesta Giuseppe Sinopoli.

 

En este fragmento, tras el aria escucharemos también la llegada de Gabriele Adorno cantado por Gianfranco Cecchele.

 

La traducción del texto es la siguiente:

 

AMELIA
En esta hora oscura,
¡cómo sonríen los astros y el mar!
¡Oh, luna, cómo se mezcla
con las olas tu resplandor!
¡Parece el abrazo de dos amantes
de corazón virginal!

Pero los astros y el mar,
traen a la mente
de la desdichada huérfana
aquella noche oscura, cruel,
cuando la piadosa moribunda exclamó:
¡el cielo te proteja!

Morada altiva,
hogar de una familia aún más altiva,
mi humilde refugio por ti,
no lo he olvidado.
En tu gélido lujo
sólo me sonríe el amor.

(comienza amanecer)

Amanece, pero el canto amoroso
aún no se oye.
Todos los días enjuga mis lágrimas,
como la aurora enjuga el rocío de las flores.

GABRIEL
(lejos)
Como un cielo sin estrellas,
como un prado despojado de flores,
es el alma sin amor.

AMELIA
¡Cielos!… ¡Su voz!… ¡Es él!…
¡Se aproxima!… ¡Oh, júbilo!…

GABRIEL
Si no hay un corazón que te ama
no hay nada que satisfaga tu anhelo,
ni el oro, ni el poder, ni el honor.

AMELIA
¡Él viene!
El amor me inflama el pecho
y hace estallar las ataduras
de mi anhelante corazón.

Escena Segunda

GABRIEL
(en escena)
¡Amada mía!

 

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