Umberto Giordano aglutinó en la ópera Andrea Chénier algunas de las grandes arias de la historia de la ópera. Hoy vamos a oir la primera de todas ellas: Un dì all’azzurro spazio. Es el aria del acto I que nos presenta al protagonista, Andrea Chénier, poeta revolucionario que acabará ejecutado por la misma Revolución.
Andrea Chénier ha acudido a la fiesta de la Condesa de Coigny, allí se encuentran representantes de todas las esferas de poder y del mundo del arte, así que no es extraño que invitaran a algunos poetas, entre los que se encuentra Chénier.
La Condesa le pide a Chénier que improvise un poema, él se excusa pero Maddalena, hija de la condesa, y sus amigas insisten seguras de que lo conseguirán. Sus bromas irritan a Chénier, y les dedica unas duras palabras a todos los asistentes, y a ellas también, naturalmente.
El aria empieza con lo que podríamos calificar casi de un recitativo, para ir subiendo de nivel e intensidad dramática. Lo que hace el personaje es captar la atención de un auditorio que debía estar distraído en otras cosas, pero la dureza de sus palabras lo sorprende y empieza a escuchar atentamente. El poeta hace un contraste entre la belleza del mundo y la fealdad y mezquindad del alma de muchos de sus habitantes, que son capaces de permanecer insensibles ante la injusticia. Esto va a molestar a practicamente todos los asistentes, menos a Maddalena que queda fascinada por las palabras del poeta, y a Gerard, el criado revolucionario de la casa de la condesa.
El tenor que interprete a Chénier ha de poseer una voz dramática, y ha de resistir una ópera muy exigente, ya que los agudos son frecuentes e importantes.
Como siempre que ponemos versiones de una misma pieza no lo hacemos con el propósito de comparar, no hay nada más inútil en ópera, porque cada uno tendrá sus gustos e incluso nos puede gustar una versión que a oídos de un crítico tenga imperfecciones. Si aquella es la interpretación que nos conmueve, esa será nuestra versión preferida.
Nuevamente hemos escogido interpretaciones de una representación. Además de los tenores elegidos, otros muchos ha interpretado el personaje de Andrea Chénier, a pesar de la exigencia y la dificultad que este papel supone, Andrea Chénier tiene la fama de ser un rol castigador para la voz de tenor.
Cinco versiones son las que vamos a ver, y a pesar de ser la misma aria y practicamente con el mismo texto, son diferentes las interpretaciones. Las matizaciones de voz, el dramatismo escénico, los agudos potentes y directos…cada uno de los siguientes tenores ha interpretado a Andrea Chénier según su estilo.
Texto del aria Un dì all’azzurro spazio
(Pallidissimo)
Colpito qui m’avete ov’io geloso celo
il più puro palpitar dell’anima.
Or vedrete, fanciulla, qual poema
è la parola «Amor», qui causa di scherno!
Un dì all’azzurro spazio
guardai profondo,
e ai prati colmi di viole,
pioveva loro il sole,
e folgorava d’oro il mondo:
parea la terra un immane tesor,
e a lei serviva di scrigno il firmamento.
Su dalla terra a la mia fronte
veniva una carezza viva, un bacio.
Gridai vinto d’amor:
T’amo tu che mi baci,
divinamente bella, o patria mia!
E volli pien d’amore pregar!
Varcai d’una chiesa la soglia;
là un prete ne le nicchie
dei santi e della Vergine,
accumulava doni
e al sordo orecchio
un tremulo vegliardo
invan chiedeva pane
e invano stendea la mano!
Varcai degli abituri l’uscio;
un uom vi calunniava
bestemmiando il suolo
che l’erario a pena sazia
e contro a Dio scagliava
e contro agli uomini
le lagrime dei figli.
In cotanta miseria
la patrizia prole che fa?
Sol l’occhio vostro
esprime umanamente qui
un guardo di pietà,
ond’io guardato ho a voi
si come a un angelo.
E dissi: Ecco la bellezza della vita!
Ma, poi, a le vostre parole,
un novello dolor m’ha colto in pieno petto.
O giovinetta bella,
d’un poeta non disprezzate il detto:
Udite! Non conoscete amor,
amor, divino dono, non lo schernir,
del mondo anima e vita è l’Amor!
Traducción
(Muy pálido)
Me habéis golpeado donde yo oculto celoso
el más puro palpitar de mi alma.
(Señala el corazón)
¡Ahora veréis, muchacha, qué poema es la
palabra «Amor» que aquí es motivo de burla!
(Sorprendidos, todos lo escuchan con curiosidad)
Un día miré el
profundo espacio azul,
y sobre los prados llenos de violetas
llovía el oro del sol y
brillaba de oro el mundo;
la Tierra parecía un inmenso tesoro,
y el firmamento le servía de cofre.
De la tierra a mi frente
llegó una caricia, un beso.
¡Grité, ganado por el amor:
Te amo, a ti que me besas,
patria mía divinamente hermosa!
¡Y, lleno de amor, quise rezar!
Crucé el umbral de una iglesia;
un cura, en las hornacinas
de los santos y de la Virgen,
acumulaba dones
y a su sordo oído
un viejo tembloroso
pedía pan en vano,
y en vano tendía la mano!
(El abate y con él otros abates
se levantan escandalizados)
¡Crucé d umbral de las viviendas.
Un hombre, blasfemando,
maldecía la tierra
que apenas le daba para el erario,
y contra Dios
y los hombres arrojaba
las lágrimas de sus hijos!
(Todos gesticulan vivamente rojos de ira
contra Chénier. Sólo Gérard lo escucha
desde el fondo del invernadero, muy agitado.
Los demás fingen no escucharlo)
Entre tanta miseria,
¿qué hace la gente distinguida?
(a Magdalena)
Sólo vuestros ojos
expresan humanamente
una mirada de piedad,
en la que os he visto
como a un ángel.
Y dije: «¡Ésta es la belleza de la vida!»
Pero luego, con vuestras palabras,
un nuevo dolor me ha golpeado en pleno pecho.
¡Oh jovencita hermosa,
no despreciéis lo que os dice un poeta.
¡Oíd! ¡No conocéis el amor?,
el amor, don divino, no lo escarnezcáis,
alma y vida del mundo es el amor!
Mario del Monaco (1961)
Franco Corelli (1973)
Luciano Pavarotti (1996)
Plácido Domingo (1981)
Josep Carreras (1983)