Hector Berlioz (1803 – 1869)
Hector Berlioz nació en la localidad francesa de La Côte-Saint-André, y bien pronto empezó a manifestar interes y buenas aptitudes para la música. A pesar de ello, sus padres le dirigieron para que estudiara una carrera que no tenía nada que ver con la música y le mandaron a París para estudiar medicina.
Berlioz, sin embargo, a los veintiún años ya tenía claro que su futuro no estaba en la medicina y compuso una Misa Solemne. A esta obra siguieron muchas otras, hasta que tras varios intentos ganó el Premio de Roma en 1830, lo que como ya es sabido le supuso estudiar en Italia y en otros países.
Cuando regresó a Francia, e inspirado por obras teatrales, compuso sinfonías corales en un marcado estilo romántico.
En 1838 compone su ópera Benvenuto Cellini, que no fue nada apreciada por la crítica. Fue realmente un mal comienzo en la carrera operística de Berlioz, ya que a raíz de este fracaso se le negó la entrada en la Ópera de París.
En 1846 presenta en versión concierto su siguiente obra: La condenación de Fausto, que no se representó de forma escénica hasta 1846.
Berlioz parece que estaba marcado por la mala suerte, porque incluso su obra realmente grandiosa, Les Troyens, no se representó completa durante la vida de Berlioz.
Anteriormente había compuesto otra ópera, Beatriz y Benedicto, que se estrenó en Baden-Baden en 1862, pero no fue hasta 1890 cuando se representó en París.
Realmente, Berlioz no disfrutó del reconocimiento público como compositor de óperas, a pesar de ser de gran calidad, así que se dedicó a la crítica musical. Fue un mordaz crítico y, por ejemplo, escatimaba cualquier elogio a Meyerbeer, otro gran compositor de ópera francesa.
A pesar de ser uno de los grandes compositores de ópera francesa y el impulsor de la orquesta moderna, su obra fue más apreciada en Inglaterra o Alemania que en la propia Francia.
A continuación dejamos unos fragmentos de su gran ópera, Les Troyens.
Jessye Norman en el rol de Cassandra.
Eva-Maria Westbroek y Bryan Hymel. Nuit d’ivresse
Tatiana Troyanos. Muerte de Dido
Magnífico
Muchas gracias!!