WAGNER ALEGRE – LA MÚSICA MÁS ALEGRE DE WAGNER
Introducción
A pesar de que en su juventud a Richard Wagner le iba la juerga y procurarse todos los placeres a su alcance, lo cierto es que no tenemos de él una imagen jovial. No le vemos esa socarronería que podía tener Verdi, por poner un ejemplo. También es cierto que debido a la temática de sus óperas el humor o la alegría no acababan de encajar. Sin embargo, nos gustan los retos y hemos dedicado un tiempo a buscar la cara del Wagner alegre en algunas de sus óperas. No esperemos una explosión chispeante al estilo de Rossini, eso desde luego que no lo vamos a encontrar.
Dentro de esta selección del Wagner alegre, veremos ejemplos que más que alegría transmiten felicidad.
Wagner alegre
A Richard Wagner le costó siempre adaptarse a las reglas, a un método, ya fuera de estudio o de trabajo, preconcebido. Wagner era genial y nada de lo que estuviera ya inventado le servía totalmente. Por el filtro de Wagner todo adquiere una nueva dimensión, incluso la alegría.
Vamos a empezar esta selección como siempre por orden cronológico.
Rienzi (1842)
Esta ópera transcurre en la Roma del siglo XIV y el protagonista es Cola di Rienzi, como se conocía a Niccolò Gabrini, dirigente popular de Roma durante la época del papado de Aviñón.
Pues bien, sin extendernos en el argumento, en el acto II Wagner compuso un ballet que tiene cinco partes que (no olvidemos que hablamos de Wagner) en su forma original dura más de media hora – en las representaciones modernas y en las grabaciones se corta de manera drástica.
Nosotros también lo haremos y escucharemos la Marcha.
El holandés errante (1843)
Bien, después del primer ejemplo del Wagner alegre, vamos a seguir con este otro baile. Lo protagonizan los marineros noruegos en el acto III, cuando celebran la llegada de sus novias. La ópera no tiene nada de alegre. El destino del holandés, que debe navegar eternamente a menos que el amor lo redima el único día que le es concedido descansar, es dramático.
Coro: Stuermann, Las die Wacht
Tannhäuser (1845)
De esta ópera vamos a ver dos fragmentos. Hay que aprovechar cuando se encuentra música de este tipo, porque hay óperas de Wagner que no gozan ni un minuto de una música, llamemósla, feliz.
Primero oiremos el aria de Elisabeth del acto II Dich teure Halle. Lise Davidsen
En segundo lugar oigamos la Marcha de los invitados. Voces para la paz 2005. Dirige: Jesús López-Cobos
Lohengrin (1850)
En esta ópera hay un fragmento que se supone que se escucha en un momento alegre y feliz como es el de una boda. Hablamos de la marcha nupcial del acto III. Digamos que es una alegría serena y bellísima.
Voces para la paz 2014. Dirige: Víctor Pablo Pérez.
Los maestros cantores de Nuremberg (1868)
La única ópera cómica de nuestro compositor de hoy. Aquí encontraremos varios ejemplos del Wagner alegre del que hablamos. Destacaremos dos: el Preludio inicial y el coro final, que es un ejemplo de la alegría wagneriana. La solemnidad acompaña ese momento feliz. Hay que ver la ópera completa para ver el resto.
Orquesta Sinfónica de Chicago dirigida por Sir Georg Solti.
El oro del Rin (1869)
Es el Prólogo de la Tetralogía del Anillo. En este monumento musical hay poco del Wagner alegre que buscamos, pero en este Prólogo encontramos el Tema de la alegría del oro, y es el ejemplo que hemos escogido.
La Walkiria (1870)
Terminaremos nuestra selección del Wagner alegre con este dúo maravilloso del acto I de la Tetralogía del Anillo que es la ópera La Walkiria. Aquí, mas que una alegría desbordante, que va a ser que no, vemos la felicidad de descubrir al ser amado que sienten los personajes de Sieglinde y Siegmund, que no saben que son hermanos en realidad.
Winterstürme. Eva-Maria Westbroek, Jonas Kaufmann.
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