Verdi y Wagner – Bicentenario

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Hemos hablado anteriormente, y lo seguiremos haciendo en el futuro, del bicentenario del nacimiento de estos dos grandiosos compositores que fueron Giuseppe Verdi y Richard Wagner, nacidos ambos en el año 1813. El primero el 10 de octubre en un pequeño pueblo de Italia, Le Roncole y el segundo en la ciudad alemana de Leipzig un 22 de mayo.

 

Hemos hecho un repaso detallado de todas las óperas de Verdi , también de todas las óperas de Wagner , pero hoy quisiéramos ir un poco más alla y ver si había coincidencias en sus obras, o por el contrario cuáles son sus diferencias más destacadas. No pretendemos hacer un exhaustivo estudio de ambos compositores puesto que para ello existen los musicólogos y especialistas. Nosotros sólo queremos hacer, a modo de curiosidad, una comparación entre estos dos genios de la música.

 

Verdi y Wagner

 

¿Se conocían Verdi y Wagner? Personalmente no, aunque seguro que cada uno sabía de la obra del otro. De Verdi sí que podemos decir con más seguridad que conocía a Wagner, ya que en alguna ocasión se había referido a él como el compositor de Lohengrin , desconocemos, sin embargo, si era porque esa era la ópera que más le gustaba a Verdi o por ser una de las que alcanzó mayor popularidad. De Wagner no tenemos ninguna referencia a la obra del italiano, lo cual no es extraño dado el carácter un tanto ególatra del compositor alemán, aunque pensamos que habiendo viajado a Italia, sería imposible no saber nada de Verdi, que por otra parte alcanzó la fama mucho antes que Wagner.

 

Viendo la imagen que ilustra este artículo, podríamos decir que cada uno miraba hacia un horizonte diferente. Verdi compuso muchas óperas de caracter histórico, pero al margen del argumento, a medida que su producción crecía se iba acercando a un realismo mayor, insistiendo en la psicología de los personajes. Sin embargo, Wagner, se fue adentrando cada vez más en las leyendas del pueblo germánico, y alemán más concretamente, prescindiendo absolutamente de cualquier viso de realismo o de acercamiento a una vida cotidiana en sus personajes.

 

¿Hay influencias del estilo de uno en la obra del otro? Podemos afirmar que en la obra de Wagner no hay influencias verdianas, pero ya no lo podemos aseverar con tanta rotundidad en el sentido contrario. Sabido es que una de las características de la obra de Richard Wagner, es la utilización del leitmotiv, y en Verdi también lo encontramos en algunas de sus óperas. ¿Evolución o influencia?, no lo sabemos, ese detalle se lo llevó a la tumba el propio Verdi, que tampoco era dado a reconocer influencias de nadie, ni por supuesto deseaba imitar a nadie, puesto que no le hacía ninguna falta.

 

Para ilustrar este detalle oigamos la maravillosa obertura de La forza del destino, donde, además de otros temas, se oye siempre por debajo de los mismos el tema principal, o leitmotiv, del destino, que como una rueda irá arrastrando a los personajes a lo largo de toda la ópera. Dirige la Orquesta del Teatro Mariinsky, Valery Gergiev.

 

 

Una diferencia notable entre ambos era la aceptación que tuvieron por parte del público y empresarios. Verdi, con la tercera de sus óperas Nabucco (1842) ya consiguió un éxito arrollador, sin embargo Wagner no conseguía que sus óperas se estrenaran. Las tres primeras: Las hadas, La prohibición de amar y Rienzi se estrenaron mucho tiempo después de haber sido compuestas. Lo cierto es que Wagner ya tenía una idea de grandiosidad en la elaboración de sus óperas, lo que hacía que pocos empresarios se arriesgaran o estuvieran dispuestos a ceder ante las costosas exigencias de las puestas en escena o el número de solistas que debían participar. Wagner aún no había encontrado su estilo, lo que sucedería con El holandés errante, considerada la primera ópera wagneriana. De hecho las tres primeras citadas anteriormente, no se representan nunca en Bayreuth, el teatro de Wagner, por no tener el estilo que se aprecia en el el resto de su producción.

 

Con Lohengrin (1850) podemos decir que ya se puede ver cual es la esencia de la obra de Wagner. Una maravillosa orquestación, un abandono de las estructuras convencionales (las arias, los dúos, etc) y la utilización del leitmotiv. Escuchemos la extraordinaria obertura, y a continuación el relato de Lohengrin, In fernem land. En la primera se oye el tema del Grial, que será el mismo que se oye en el racconto final cuando Lohengrin se define como un caballero del Grial, algo que tal vez pasara desapercibido al público después de tres horas de representación.

 

Lohengrin, Obertura. Dirige James Levine

 


Lohengrin, In fernem land. Lohengrin es Plácido Domingo.

 


En el terreno personal, una de las coincidencias entre ambos compositores era su claro patriotismo. El nacionalismo fue una de las consecuencias de la corriente romántica a la que ambos pertenecen.

 

Otra coincidencia, feliz coincidencia, es que tanto Verdi como Wagner compusieron coros extraordinarios para sus óperas, aunque Wagner los escatimó un tanto en su tetralogía, pero cuando se hace una recopilación de los mejores coros de ópera hay un gran número que llevan la firma o de Verdi o de Wagner.

 

Oigamos un ejemplo de coro de Verdi, y elegimos el más emblemático: Va pensiero, de Nabucco.

 

 

Como ejemplo de coro de Wagner, el Coro de los peregrinos de Tannhaüser, donde además ya podemos observar la tendencia de Wagner en no romper la continuidad de la música durante toda la ópera: las voces de los solistas empiezan sobre el coro que va adquiriendo fuerza, para ir disminuyendo progresivamente y dar entrada de nuevo a los solistas, con lo cual es imposible aplaudir este fantástico coro, que era lo que Wagner quería.

 

 

Otra coincidencia de ambos, era el tratamiento de las voces. Tanto Verdi como Wagner aumentaron considerablemente el volúmen de las orquestas, sobre todo Wagner, con lo cual las voces también tenían que crecer para que fueran audibles, así aparecieron las sopranos verdianas  y los tenores y soprano wagnerianos, con unas tremendas exigencias de prestación vocal.

 

Posiblemente existan más coincidencias y más diferencias, pero lo que sí es seguro es que ambos son y están entre los más grandes genios de la música y que nos han proporcionado momentos de placer indescriptibles que con motivo del bicentenario de su nacimiento hemos querido volver a recordar.

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