Arias raras en la ópera – I due Foscari (Verdi)

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ARIAS RARAS EN LA ÓPERA: TU AL CUI SGUARDO ONNIPOSSENTE, I DUE FOSCARI (VERDI)

 

I due Foscari no es una ópera que no se pueda ver representada en la actualidad, pero si que es cierto que de las óperas de Verdi, no es de las más frecuentes, es por esto que las arias más sobresalientes de la misma pueden ser desconcidas para el gran público, y ser así catalogadas como arias raras.

 

I due Foscari está situada en la Venecia de 1457 y narra la situación en la que se ve envuelto Jacopo Foscari, hijo del dux. Loredano, envidioso del dux, trama una falsa acusación de asesinato contra Jacopo que es condenado al destierro. Al dux no le queda más remedio que acatar esta sentencia, aún creyendo en la inocencia de su hijo. Lucrezia, esposa de Jacopo, ruega clemencia para él, momento del aria que escucharemos hoy. Jacopo muere antes de que el verdadero asesino confiese. Loredano quiere evitar que se investigue la falsa acusación y instiga al consejo de los Diez contra el viejo dux Foscari, que dimitirá de su cargo. Finalmente un enemigo de la familia Foscari es nombrado dux y el viejo Foscari muere.

 

Hoy vamos a oir el aria Tu al cui sguardo onnipossente interpretada por la soprano Angela Meade. Esta aria es de aquellas arias que Verdi componía poniendo a prueba la voz de la soprano, con agudos y graves endiablados y muy exigentes.

 

El texto del aria es el siguiente:

 

LUCRECIA
No… dejadme… quiero ir con él…
Antes que Dogo era padre… el trono
no puede cambiar su corazón.
Hija de dogos, del Dux soy nuera
pido justicia, no perdón.

DONCELLAS
¡Detente: ese llanto aumentará
la alegría de tus enemigos!
Ante un corazón que no atiende
a lágrimas desdichadas…
sólo puedes esperar y pedir
justicia del cielo…
Cede; contén tu dolor…
el cielo se apiadará.

LUCRECIA
Ah, sí… consuelo para los desgraciados
es la piedad del cielo.

(Se arrodilla)

Tú, a cuya omnipotente mirada
todo se alegra, o todo gime;
Tú, que eres mi única esperanza,
conforta Tú mi dolor.

(Se levanta)

Para defender al inocente
préstanos la voz del trueno,
y el corazón más feroz
mitigará su crueldad.

DONCELLAS
Puedes esperar del clemente cielo
consuelo para tu dolor.

LUCRECIA
Y el corazón más feroz…

DONCELLAS
… para tu dolor…

(Pisana entra llorando)

PISANA
Un nuevo exilio para tu consorte
acordó el clemente Consejo.

LUCRECIA
¿Clemente?… ¡Aún más cruel!
¿Era poca la injusticia?
¡Han condenado al indefenso
con palabras de clemencia y piedad!
¡Patricios, temblad!…
El Eterno os vigila desde el cielo.
¡Él sabrá recompensaros
con el oprobio eterno!

PISANA, CORO
Confía en el Eterno,
que premia en el cielo la inocencia.

 

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