Escena del duelo de Eugene Onegin de Tchaikovsky

ESCENA DEL DUELO DE EUGENE ONEGIN DE TCHAIKOVSKY

Introducción

Estamos en la época del romanticismo. Ya sabemos que imperan los amores imposibles, las tragedias, las afrentas al honor y, desgraciadamente, los duelos. Hoy veremos la escena del duelo de Eugene Onegin. Antes de la misma, Onegin se define a si mismo como un «chulo soberbio», y le damos la razón, porque es un personaje bastante idiota. Incapaz de ver el amor de Tatiana, jugará con los sentimientos de Olga, cargándose de paso su amistad con Lenski.

Pero veamos como se desencadena la tragedia que terminará con la escena del duelo de Eugene Onegin y Lenski.

La escena del duelo de Eugene Onegin

Antes , un apunte de los detalles de la ópera.
Eugene Onegin es una ópera en tres actos con música de Piotr Ilich Tchaikovsky y libreto en ruso de Konstantín Shilovski y Modest Tchaikovsky, hermano del compositor, basado en la novela homónima en verso de Aleksandr Pushkin, publicada en 1831.

La acción se desarrolla en la casa de campo de Madame Larina, allí está con sus hijas Tatiana y Olga y la vieja sirviente Filippievna. Todo transcurre en paz y armonía hasta la llegada de un militar presuntuoso: Eugene Onegin, amigo de Lenski, vecino de Madame Larina.

Tatiana se enamorará perdidamente de Onegin, que no le hará ni caso. Sin embargo se dedicará a flirtear con Olga, que estaba enamorada de Lenski y era correspondida hasta que llegó Onegin.

Se produce el desafío

En una fiesta en casa de Madame Larina, está todo el mundo feliz porque ven a Onegin bailando con Tatiana. Sin embargo Onegin escucha algunos comentarios nada favorables a él y decide que va a cortejar a Olga. Lenski, tendrá que ver como su novia no le hace ni caso y como Onegin lo desprecia tomando a Olga como una posesión suya. Lenski no lo soportará y finalmente lo reta a duelo.

El duelo

Cada uno vendrá con sus padrinos. Eugene Onegin y Lenski entonarán un dúo:

LENSKI, ONEGIN
¡Enemigos!
Tanto tiempo unidos,
nos ha de separar la sangre?
Y los momentos felices,
pensamientos, comidas
e intereses que compartimos
como amigos?
Ahora, llenos de cólera,
como enemigos encarnizados,
el uno contra el otro,
a sangre fría,
nos disponemos a destruirnos.
¡Ay!
No podríamos estallar de risa,
antes de que nuestras manos
se manchen de sangre?
¡No! ¡no! ¡no! ¡no!