Arias de Locura – Mad Scenes

Con la aparición de la corriente del Romanticismo surgen en las óperas las famosas y conocidas «arias de locura». La explicación del porqué de esa proliferación de este tipo de arias es bastante sencilla. En el barroco y el rococó el canto era muy ornamentado, coloraturas, trinados, agudos y picados se usaban de manera indiscriminada, viniera o no a cuento, lo de menos era la verosimilitud de la historia que se contaba, lo que importaba era el lucimiento del cantante. Esto cambia con el romanticismo: lo que se representa ha de tener una apariencia de realidad. Pero el público sigue esperando esos momentos de virtuosismo de los intérpretes y éstos, sus minutos de lucimiento. Solución, inventarse un estado de transtorno emocional que justifique que la persona afectada cante de una manera inusualmente irreal, para los gustos de la época. Todas esas coloraturas y exhibiciones canoras se aceptan dentro de este contexto de enajenación mental.
Aunque se pudieran haber escrito arias de locura para todo tipo de voces, es lógico que la mayoría que se conocen y han sobrevivido son las cantadas por sopranos de coloratura, que son quienes tienen más facilidad para ejecutar toda esta clase de agudos y filigranas.

Algunos ejemplos de arias de locura se pueden ver en los siguientes enlaces:

Edita Gruberova – Qui la voce sua soave (Bellini, I Puritani)

Renée Fleming – Il Pirata (Bellini) – Col sorriso d’innocenza

Donizetti – Ana Bolena (Piangete voi…Coppia inicua) Edita Gruberova

Natalie Dessay – Mad Scene Lucia di Lammermoor – Donizetti

Ah, non credea mirarti! – La Sonnambula, Bellini – Sumi Jo

Maria Guleghina – Una macchia è qui tuttora (Macbeth/Verdi)