El jardín de los condes de Almaviva va a ser testigo de una noche un tanto movida. Para empezar, Barbarina llega para esconderse en el pabellón de la izquierda, donde tiene una cita… Figaro tambien aparece, dispuesto a desenmascarar a la infiel Susanna. Ha citado a don Basilio, al doctor Bartolo, a Marcellina y a otros más, a todos ellos les dice que se oculten en el bosquecillo y esperen su señal. Figaro se queda a la espera de ver aparecer a Susanna y al conde, y mientras tanto se dedica a torturarse pensando en la infidelidad de su mujer y acabando por hacer una lista de las virtudes que, según él, adornan a todo el género femenino: hechiceras, rosas con espinas, zorras graciosas, osas benignas, palomas malignas…que fingen y mienten. Aconseja a todos los maridos que abran bien los ojos ante cualquier mujer. Realmente, el pobre Figaro, está muy dolido. Aparecen Marcellina, Susanna vestida de condesa y la condesa vestida de Susanna. Figaro las ve de lejos, por lo que no distingue bien sus caras. Marcellina se esconde. Marcellina ha advertido a Susanna, ya que la cree inocente, de la presencia de Figaro en el jardín, con lo cual ella también le quiere dar un escarmiento, por malpensado. Sólo falta la llegada del conde y ya estará todo el mundo en el jardín, donde se suponía que iba a tener lugar un encuentro íntimo entre Susanna y el conde.
MARCELLINA È ver, ma questo al più ti porge un dritto di stare in guardia, e vivere in sospetto. Ma non sai, se in effetto…
FIGARO All’erta dunque: il loco del congresso so dov’è stabilito…
MARCELLINA Dove vai figlio mio?
FIGARO A vendicar tutti i mariti: addio.
(parte infuriato)
Scena Quinta
(Folto giardino con due nicchie parallele praticabili, Barbarina sola con alcune frutta e ciambelle)
BARBARINA (guarda ambedue lati) Nel padiglione a manca: ei così disse: è questo … è questo… e poi se non venisse! Oh ve’ che brava gente! A stento darmi un arancio, una pera, e una ciambella. Per chi madamigella? Oh, per qualcun, signori: già lo sappiam: ebbene; il padron l’odia, ed io gli voglio bene, però costommi un bacio, e cosa importa, forse qualcun me’l renderà…
(Qualcuno s’avvicina)
son morta!
(fugge impaurita ed entra nella nicchia a manca)
Scena Sesta
(Figaro con mantello e lanternino notturno, poi Basilio, Bartolo e truppa di lavoratori)
FIGARO (tra sè) È Barbarina…
(Forte)
chi va là?
BASILIO Son quelli che invitasti a venir.
BARTOLO (a Figaro) Che brutto ceffo! Sembri un cospirator. Che diamin sono quegli infausti apparati?
FIGARO Lo vedrete tra poco. In questo loco celebrerem la festa della mia sposa onesta e del feudal signor…
BASILIO Ah, buono, buono, capisco come egli è,
(Tra sè)
Accordati si son senza di me.
FIGARO Voi da questi contorni non vi scostate; intanto io vado a dar certi ordini, e torno in pochi istanti. A un fischio mio correte tutti quanti.
Scena Ottava
(Figaro solo)
N. 27. Recitativo ed Aria
FIGARO Tutto è disposto: l’ora dovrebbe esser vicina; io sento gente. È dessa… non è alcun… buia è la notte… ed io comincio omai, a fare il scimunito mestiero di marito. Ingrata! Nel momento della mia cerimonia ei godeva leggendo, e nel vederlo io rideva di me, senza saperlo. Oh Susanna, Susanna, quanta pena mi costi, con quell’ingenua faccia… con quegli occhi innocenti… chi creduto l’avria? Ah, che il fidarsi a donna è ognor follia. Aprite un po’ quegli’ occhi, uomini incauti e sciocchi, guardate queste femmine, guardate cosa son! Queste chiamate Dee dagli ingannati sensi a cui tributa incensi la debole ragion, son streghe che incantano per farci penar, sirene che cantano per farci affogar, civette che allettano per trarci le piume, comete che brillano per toglierci il lume; son rose spinose, son volpi vezzose, son orse benigne, colombe maligne, maestre d’inganni, amiche d’affanni che fingono, mentono, amore non senton, non senton pietà, no, no, no, no! Il resto nol dico, già ognun lo sa!
(si ritira)
Scena Nona
(Entrano Susanna, la Contessa travestite; Marcellina e poi Figaro)
SUSANNA Signora, ella mi disse che Figaro verravvi.
MARCELLINA Anzi è venuto. Abbassa un po’ la voce.
SUSANNA Dunque, un ci ascolta, e l’altro dee venir a cercarmi, incominciam.
MARCELLINA Io voglio qui celarmi.
(entra dove entrò Barbarina)
Scena Decima
I suddetti, meno Marcellina
SUSANNA Madama, voi tremate; avreste freddo?
CONTESSA Parmi umida la notte; io mi ritiro.
FIGARO (tra sè) Eccoci della crisi al grande istante.
SUSANNA Io sotto questi piante, se madama il permette, resto prendere il fresco una mezz’ora.
FIGARO (Tra sè) Il fresco, il fresco!
CONTESSA (si nasconde) Restaci in buon’ora.
SUSANNA Il birbo è in sentinella. Divertiamci anche noi, diamogli la mercé de’ dubbi suoi.
Traducción
MARCELINA Es verdad, pero esto todo lo más, te da el derecho de estar en guardia y vivir con sospechas. Pero no sabes si en efecto…
FÍGARO ¡Alerta! Sé dónde se ha establecido el lugar del encuentro…
MARCELINA ¿A dónde vas, hijo mío?
FÍGARO A vengar a todos los maridos. Adiós.
BARBARINA (mira a uno y a otro lado) En el pabellón de la izquierda eso dijo. Es éste, es éste. ¿Y si luego no viniese? ¡Dios mío! ¡Que generosidad! Regatearme a mí una naranja, una pera, una pasta. «¿Para quién es, señorita?» «Oh, para un caballero» «Ya lo sabíamos» ¡Bien! El patrón le odia y yo le quiero bien. Pero me ha costado un beso: no importa. Quizás alguien me lo devuelva.
¿Quién va?
BASILIO Somos aquellos que invitaste a venir.
BARTOLO (a Fígaro) ¡Qué mal aspecto! ¡Pareces un conspirador! ¿Qué diablos son estos infaustos preparativos?
FÍGARO Lo veréis dentro de poco. En este mismo lugar celebraremos la fiesta de mi honesta esposa y del feudal señor…
BASILIO ¡Ah, bueno, bueno! Comprendo lo que pasa. FÍGARO Vosotros de estos lugares no os alejéis. Mientras tanto yo voy a dar ciertas órdenes y vuelvo en un momento. A un silbido mío, acudid aquí todos.
FÍGARO Todo está dispuesto la hora debe de estar próxima. Oigo gente… ¡Es ella!… No hay nadie… Oscura es la noche, y yo empiezo ya a hacer el estúpido oficio de marido. ¡Ingrata!, en el momento de mi ceremonia él gozaba leyendo y, al verlo, yo me reía de mí mismo sin saberlo. ¡Oh Susana, Susana, cuánto dolor me cuestas! Con esa ingenua cara, con esos ojos inocentes… ¡Quién lo habría creído! ¡Ah, fiarse de una mujer es siempre una locura! ¡Abrid un poco esos ojos, hombres incautos y necios! Mirad estas mujeres, mirad lo que son, Estas llamadas diosas de los sentidos engañados, a las que tributa inciensos la débil razón, son hechiceras que nos encantan para hacernos sufrir; sirenas que cantan para ahogarnos; coquetas que seducen para desplumarnos, cometas que brillan para quitarnos la luz. Son rosas espinosas, son zorras graciosas, son osas benévolas, palomas malignas, maestras de engaños, amigas de crear dificultades que fingen, que mienten, que no sienten amor, no sienten piedad, ¡no, no, no, no! El resto, el resto no lo digo, ya cada cual lo sabe.
(Fígaro se oculta entre los árboles)
Escena Novena
(Entran Susana y la condesa disfrazadas, Marcelina y después Fígaro)
SUSANA Señora, ella me dijo que Fígaro vendría.
MARCELINA Ha venido: baja un poco la voz.
SUSANA Así que uno nos escucha y el otro vendrá a buscarme. ¡Comencemos!
MARCELINA Quiero esconderme aquí.
(Entra por donde lo hizo Barbarina, en el pabellón de la izquierda)
Escena Décima
(Los anteriores menos Marcelina)
SUSANA Señora, vos tembláis, ¿tenéis frío?
CONDESA Me parece húmeda la noche; yo me retiro.
FÍGARO (aparte) Henos aquí en el gran momento de la crisis.
SUSANA Bajo estas plantas, si la señora lo permite, me quedo a tomar el fresco una media hora.
FÍGARO (aparte) ¡El fresco, el fresco!
CONDESA (se esconde) Quédate cuanto quieras.
SUSANA El bribón está de guardia. Divirtámonos también nosotros, démosle el premio de sus dudas
PROTAGONISTAS
l Conte di Almaviva – Dietrich Fischer-Dieskau La Contessa di Almaviva – Kiri Te Kanawa Susanna – Mirella Freni Figaro – Hermann Prey Cherubino – Maria Ewing Marcellina – Heather Begg Bartolo – Paolo Montarsolo Basilio – John van Kestern Don Curzio – Willy Caron Barbarina – Janet Perry Antonio – Hans Kraemmer
Dirección Musical: Karl Böhm con la Orquesta Filarmónica de Viena y el coro de la Ópera Estatal de Viena