Renée Fleming, el adios de una diva de la ópera

RENÉE FLEMING, EL ADIOS DE UNA DIVA

La soprano estadounidense Renée Fleming dice adios a la ópera, no así a los escenarios, ya que seguirá dando recitales o conciertos. Así pues su última ópera es la que está representando en Londres. La producción de Robert Carsen de la ópera de Richard Strauss, Der Rosenkavalier, será su último rol sobre los escenarios. Sabemos que tiene programadas funciones en el Metropolitan de Nueva York de la misma ópera y producción. Por lo tanto, Renée Fleming se despedirá con el gran personaje que es la Mariscala.

Un poco sobre Renée Fleming

Renée Fleming nació en el estado de Pensilvania (EE.UU) el 14 de febrero de 1959. Ha sido una gran intérprete de Mozart y Strauss, pero además ha llevado por todo el mundo personajes como Thaïs de Massenet, Louise de Charpentier, Rusalka de Dvorák, Tatiana de Eugene Onegin de Tchaikovsky, Violetta de La traviata y también la Eva de Los Maestros Cantores de Wagner, entre muchos otros.

A Renée Fleming se la ha reconocido siempre por ser una soprano cuidadosa, disciplinada y elegante en su canto. La elegancia podría ser el calificativo que la definiera. Es por naturaleza una mujer que llena el espacio co su presencia, con su aspecto cuidado hasta el límite y como no, por su canto. No en vano ha llegado hasta lo más alto.

Así pues, señores y señoras, se nos va una diva. Creemos que ha escogido un buen momento. Renée Fleming no va a irse dejando un mal sabor de boca o un sentimiento de conmiseración. No será una de aquellas voces a las que se aplaude más por lo que han sido que por lo que son. Por lo tanto demuestra saber hasta donde puede llegar y hasta donde no. Ya ha demostrado todo sobre los escenarios y la hemos visto en todo su esplendor. Es justo, pues, que ahora prefiera retirarse de la ópera escenificada y se dedique a labores que la puedan satisfacer sin tanta exigencia.