Richard Strauss (Munich, 11 de junio de 1864 – Garmisch-Partenkirchen, 8 de septiembre de 1949)
Richard Strauss es otro de los nombres de capital importancia en la ópera alemana del siglo XIX y principios del XX. La capacidad creadora de Richard Strauss se concreta en una gran diversidad de estilos que sorprenen y entusiasman por igual, ya se trate de una ópera disonante como de otra con reminiscencias clásicas.
Hagamos un breve repaso a la biografía de Richard Strauss antes de centrarnos en su música.
Richard Strauss fue un músico precoz, probablemente por influencia familiar ya que su padre era intérprete de trompa en la Orquesta de la Ópera de Munich, pero también sin duda por su innato talento. Richard Strauss escribió su primera composición con sólo cuatro años, y siguió así hasta que a los dieciseis compuso su primera sinfonía. Como anécdota diremos que compuso su Concierto para Violín durante una clase de matemáticas, que por lo visto le debía aburrir soberanamente. Así, al finalizar su formación escolar, Richard Strauss había compuesto alrededor de ciento cincuenta obras.
También fue un director de orquesta precoz, con sólo veinte años. Realizó numerosas giras por Europa donde representaba, además de obras de otros compositores, sus poemas sinfónicos como son Aus Italien (1886) o Don Juan (1889) entre otros.
La primera ópera de Richard Strauss fue Guntram con un aire bastante wagneriano, algo que sin duda disgustaría a su padre que no era muy amante de la música de Wagner. Esto ocurría en el año 1894. Guntram fue un fracaso, pero en esta ópera conoció a la soprano Pauline de Ahna, que se convertiría en su esposa. Ese mismo año, Richard Strauss debutó como director de orquesta en Bayreuth, con Tannhäuser.
La segunda ópera de Strauss fue Feuersnot, estrenada en Dresde en 1900. Más que el éxito de esta ópera, el dato importante es que gracias a su estreno, Richard Strauss empezó una importante relación con el Teatro de Ópera de dicha ciudad.
Pasarían cinco años hasta que en 1905 llega el primer gran éxito de Richard Strauss como compositor de óperas. Se trata de Salomé. La calidad de la música de Salomé es tan notoria que impuso silencio a las voces que se alzaron en contra del expresionismo y modernidad de la ópera.
Ah! Ich habe deinen Mund geküsst Nina Stemme (Salome), Robert Brubaker (Herodes). Gran Teatre del Liceu (2008-2009)
En la vida de Richard Strauss como compositor de óperas hay otro nombre que es de suma importancia: Hugo von Hoffmannsthal, poeta y dramaturgo. Juntos empezaron un fructífera colaboración que iba a llenar de excelentes títulos esa parte de la historia de la ópera.
En Elektra (1909) tenemos un ejemplo del expresionismo musical tan en boga en ese momento y una muestra del efectivo tándem Strauss-Hofmannsthal.
Ich will’s nicht hören! (Elektra) Eva Marton, (Klytämnestra) Anne Gjevang. Teatro Real de Madrid (1998)
En 1911, Richard Strauss dió un giro total a su carrera componiendo una ópera con una clara influencia mozartiana, pero con musicalidad del siglo XX, una mezcla que dió como resultado la maravillosa ópera Der Rosenkavalier (El caballero de la rosa), de la que vamos a ver la escena final, interpretada por Gwyneth Jones (Feldmarchallin), Brigitte Fassbaender (Octavian), Lucia Popp (Sophie) y Benno Kusche (Faninal). Dirige Carlos Kleiber, Munich Opera (1979)
Siguiendo la estela de Der Rosenkavalier, Richard Strauss compuso Ariadne auf Naxos en 1912. Esta ópera se escribió en principio en un solo acto e iba preedida de la comédie-ballet Le Bourgeois gentilhomme de Molière, para la cual Richard Strauss había escrito la músia incidental, pero no tuvo demasiado éxito en su estreno. Strauss y Hoffmannsthal realizaron una segunda versión, añadiendo un prólogo y suprimiendo la pieza de Molière. Así se estrenó en Viena en 1916, y esa es la versión que se representa actualmente.
Aria de Zerbinetta: Großmächtige Prinzessin (acto I). Kathleen Battle.
Hoffmannsthal escribió un nuevo libreto, bastante complejo por estar lleno de símbolos y alegorías, y Richard Strauss le dió una extraordinaria réplica musical. La ópera es Die Frau ohne Schatten (La mujer sin sombra).
Escena final. (Emperatríz) Leonie Rysanek, (Emperador) James King, (La tintorera) Christa Ludwig, (Barak) Walter Berry
En 1923, Richard Strauss compone Intermezzo, con libreto propio y tintes autobiográficos. De esta obra dejamos el Interludio Sinfónico.
La siguiente ópera de Richard Strauss, siempre con Hoffmannsthal de libretista fue Die Ägyptische Helena (La Helena egipcia) del año 1928, de argumento algo complicado. De esta ópera podemos oir el principio, con Diana Damrau en el rol de Aithra.
La muerte del libretista pondría fin a la colaboración con Richard Strauss, pero podríamos decir que el final de la misma tuvo unbroche de oro con la ópera Arabella (1933).
Und du wirst mein Gebieter sein. (Arabella) Kiri Te Kanawa, (Mandrakya) Wolfgang Brendel. Christian Thielemann dirige la Metropolitan Opera Orchestra (1995)
El siguiente trabajo de Richard Strauss fue Die Schweigsame Frau (La mujer silenciosa) de 1935. Para el libreto contó con la colaboración del escritor Stefan Zweig, lo que supuso que Richard Strauss tuviera problemas con el régimen nazi. Zweig era judío y su nombre no podía aparecer en los carteles que anunciaban la ópera. Tras no pocas discusiones, Strauss consiguió que, aunque fuera con una letra microscópica, el nombre se Stefan Zweig apareciera en los mismos. Pero aquí terminó la colaboración entre ambos por razones políticas. Más tarde Richard Strauss escribiría Friedenstag (1938) y Daphne.
De la ópera La mujer silenciosa, dejamos un trailer de la producción de la Ópera de Munich (2010)
En 1942, Richard Strauss escribió la ópera Capriccio, con libreto de Clemens Krauss, que tiene el subtítulo de «Una pieza de conversación para música», retomando una idea sugerida años atrás por Stefan Zweig sobre la cuestión: ¿Qué es más importante, las palabras o la música?». Dramatizada en la historia de una condesa dividida entre dos pretendientes: Olivier, un poeta, y Flamand, un compositor.
Renée Fleming es la Condesa, y aquí la podemos ver en el final de la ópera Capriccio.
En 1944 el estreno de su última ópera, Die Liebe der Danae (El amor de Danae) se frustró a causa de la guerra. Se podría estrenar finalmente en 1952.
Los últimos años de la vida de Richard Strauss fueron amargos a causa de la guerra, que pondría en peligro la vida de su propia nuera judía, a la que salvó de mayores desgracias debido a su influencia.
Richard Strauss moría en 1949, dejando tras de sí una brillante carrera como compositor de óperas, y aportando nuevas musicalidades a la historia de la ópera.