Una de las más grandes escenas de muerte en la ópera es esta de La Traviata de Giuseppe Verdi. La protagonista, Violetta Valery, gravemente enferma, recibe la visita de su amado Alfredo tras un alejamento por voluntad del padre de éste. Cuando Alfredo llega, Violetta recupera las ganas de vivir, pero herida de muerte no se siente con fuerzas. Tiene lugar entonces una emotiva despedida de los dos amantes, en la que Violetta le da una imagen suya para que la lleve siempre consigo y la muestre a la mujer que comparta su vida, como recordatorio de alguien que velará siempre por él. El padre de Alfredo, lleno de remordimientos por haber sido la causa de que Violetta se viera apartada de Alfredo, también está presente en el momento en que Violetta muere, paradojicamente proclamando su felicidad extrema.
Esta gran escena de muerte la podemos ver interpretada por Anna Netrebko como Violetta, Rolando Villazón como Alfredo y Thomas Hampson como Germont padre. Es de la ya mítica producción de Willy Decker del Festival de Salzburgo 2005. La dirección musical es de Carlo Rizzi.
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Realmente esplendida. Creía haber visto todo hasta que he visto esta Traviata. A la belleza de Anna hay que añadir su voz excepcional. Villazón inigualable. Son las dos mejores voces de la actualidad y muy difíciles de superar. Ella, divina, en su papel da vida a una Traviata tan creíble, que no hay mas remedio que enamorarse de ella. Él borda el suyo, pero sin aspavientos. Demuestra lo que es estar enamorado y despechado de una mujer. El montaje es escalofriante y de un gusto exquisito. Es, para un modesto aficionado a la opera de muchos años, la mejor Traviata que he oído y presenciado jamás. Enhorabuena a todos.
Coincido absolutamente en todo lo que has dicho. Gracias por comentar.