ESCENA DE VIOLETTA DEL ACTO I DE LA TRAVIATA DE VERDI
Introducción
Hoy volvemos a la que posiblemente sea la más popular de todas las óperas de Giuseppe Verdi, hablamos de La traviata, naturalmente. Dentro de esta gran ópera y en el acto, al que pone fin, se encuentra la gran escena de Violetta, la protagonista. Hemos escuchado muchísimas veces las partes que la componen: el recitativo E strano, e strano; el aria Ah, fors’è lui y la cabaletta Sempre libera, sin embargo hoy vamos a desmenuzarla fragmento por fragmento. Lo haremos gracias a la voz de Maria Callas en un video que tiene sobreimpresionada la partitura.
Escena de Violetta del acto I de La traviata
Recordemos que empieza la ópera y estamos en una fiesta en casa de Violetta Valery. Allá llegará un joven acompañado del marqués de Obigny, es Alfredo Germont. A él lo invitan para que haga un brindis. Se lo dedicará a Violetta y dejará bien claro que está perdidamente enamorado de ella. Más tarde, ya los dos solos, Alfredo volverá a manifestarle sus sentimientos de manera más íntima y apasionada. Violetta se reirá con los labios pero algo la emocionado interiormente así que le dará una segunda cita. Alfredo se va feliz ante tal posibilidad y Violetta se queda sola reflexionando. Aquí empieza la escena de Violetta.
È strano, è strano…
Este recitativo es lo que se conoce como canto parlato (canto hablado). Violetta se plantea si sería posible para ella vivir un amor verdadero, una felicidad que no conoce, amar y ser amada. Aquí se debe ver la ilusión y el temor que tal posibilidad despierta en ella.
Ah, fors’è lui…
Aquí empieza el aria. Es de una gran intensidad lírica. Violetta dejará que su mente se recree ante la posibilidad de haber encontrado en ese joven modesto y atento, al verdadero amor de su vida, el amor que es cruz y delicia para el corazón. Este sentimiento irá creciendo como una gran ola en el corazón de Violetta y se debe transmitir con la voz.
Follie! follie…
Este segundo recitativo es nervioso, una reacción tumultuosa ante todo lo que ha sentido con anterioridad. Toma decidida el camino que ha seguido hasta ese momento en su vida: Gozar! de voluptuosidad en torbellinos morir.
Sempre libera
La escena de Violetta se termina con la cabaletta. Aquí encontramos un número incalculable de coloraturas, florituras y pirotecnias vocales. Es un estallido en el que la voz vuela desbocada hasta que la frena la de Alfredo que, fuera de escena, repite que el amor es el pálpito del universo entero. Violetta se detendrá un breve momento para pronunciar la palabra Amor al oir la voz de Alfredo, para terminar de nuevo con ascensos al agudo como en un estado hipnótico.
Oigamos ahora esta escena de Violetta, no hay nada mejor que escuchar y dejarse llevar por esta música y esta voz, en una de las arias de la Traviata más bellas.