A continuación vamos a ver el dúo del acto II de Otello de Giuseppe Verdi, entre Otello y Yago. Esta escena es tal vez la más importante de toda la ópera. En ella Yago lleva a cabo su plan para despertar los celos de Otello, sembrando en él la duda sobre la fidelidad de Desdémona.
Es importante recordar que ya antes, Yago ha empezado a hacer creer a Otello, que Cassio, demuestra una actitud culpable. Otello cree que Yago demuestra maldad al hablar mal de Cassio. La escena que vamos a ver a continuación empieza cuando unos marineros ofrecen flores a Desdémona. Cuando estos se retiran, Desdémona se acerca a Otello para interceder en favor de Cassio, que, instigado por Yago, ha pedido a Desdémona que pida perdón en su nombre a Otello.
Este detalle hace enfurecer a Otello, Desdémona intenta calmar la rabia de Otello, y se acerca para acariciarlo con un pañuelo que lleva en sus manos. Otello, lo lanza al suelo. Emilia, la sumisa esposa de Yago, lo recoge, y éste se lo quita. Lo necesita para llevar a cabo su plan.
Tras la discusión, Desdémona se retira, Emilia la sigue y Yago también hace ademán de salir, cuando Otello proclama que Desdémona es culpable (Desdemona è rea!). Yago, está más que satisfecho al ver la desesperación de Otello, y empieza su estrategia. Se acerca a Otello para tranquilizarlo, Otello lo rechaza ya que lo considera culpable de haber despertado en él la duda.
En este fragmento, se puede ver perfectamente uno de los rasgos psicológicos de Otello: su tremenda inseguridad, su esquizofrenia, podríamos decir. En una misma frase se declara enamorado de Desdémona y seguidamente manifiesta su enfado al creerla infiel (…Io non sentivo sul suo corpo divin che m’innamora e sui labri mendaci gli ardenti baci di Cassio / ¡No sentía sobre su cuerpo divino que me enamora ni sobre sus labios mendaces los ardientes besos de Cassio…). No olvidemos que Otello no era del gusto de los padres de Desdémona, era un moro, así lo llamará Yago, inventándose unas palabras que supuestamente habría dicho Cassio. Otello es un personaje inseguro, y podríamos decir que acomplejado. Por eso a Yago le resulta bastante sencillo generar tal estado de celos en él, porque todavía no acaba de creer que una mujer delicada como Desdémona pueda amarle.
El dúo continúa, vertiendo Yago sutiles insinuaciones de la infidelidad de Desdémona con Cassio. Otello, no lo cree honesto y le exige pruebas. Cuando Yago se muestra ofendido, rapidamente se retracta. Así que Yago va aportando las pruebas que Otello pide hasta mostrarle el pañuelo, que dice estaba en manos de Cassio. Es de resaltar la malévola suavidad con que Yago dice: Quel fazzoletto ieri, erto ne son, lo vidi in man di Cassio / ese pañuelo ayer, estoy seguro, lo vi en manos de Cassio.
La ira con que responde Otello contrasta vivamente con el tono anterior de Yago.
Musicalmente toda la escena es muy creible. El personaje de Otello no hace coloraturas, ni agilidades, ni nada por el estilo: Otello está enfadado, furioso y por lo tanto grita. Su canto asciende directo al agudo. Duranto todo este fragmento la orquesta irá creciendo en intensidad a la par que lo hace la situación dramática del momento. El dúo acaba con la máxima competencia entre la orquesta y la voz de los intérpretes.
Vamos a ver este impresionate fragmento de Otello con las voces de Plácido Domingo como Otello, James Morris como Yago y Renée Fleming como Desdémona. Es una producción del Metropolitan Opera House(1995). Dirige James Levine.
El argumento completo de Otello se puede ver AQUI