Mirella Freni: La figlia del reggimento (Donizetti)

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MIRELLA FRENI: LA FIGLIA DEL REGGIMENTO (DONIZETTI)

 

Vamos a oir a Mirella Freni en el terceto del acto II de La figlia del reggimento de Gaetano Donizetti, Sorgeva il dì del bosco in seno. Acompañan a Mirella Freni, Wladimiro Ganzarolli como Sulpizio y Anna di Stasio como la La Marchesa di Berckenfield.

Esta ópera fue escrita inicialmente en francés, y dicha versión es la más popular y la que más se interpreta actualmente; así que en los teatros es más común ver anunciada una representación de La fille du regiment que la de La figlia del reggimento. El mismo Donizetti fue quien hizo la versión italiana, aunque suprimió algunos números, entre los que destacan dos de Tonio, el protagonista masculino, Pour me raprocher Marie y Salut la France, que por tener un aire patriótico francés no gustaba en Italia.

 

Es curioso que esta ópera en la que la protagonista principal es la soprano y su personaje da el título a la ópera, se haya convertido en una ópera de lucimiento para el tenor. La culpa la tiene el aria Ah, mes amis, y concretamente la cabaletta: Pour mon âme; que tiene los nueve endiablados do de pecho.

 

La trama en ambas versiones es idéntica: una muchacha es educada por un regimiento de soldados, a los que Marie o Maria considera sus padres, y vive encantada de la vida entre ellos. Un día se enamora de un joven tirolés, que tras muchos recelos es aceptado en el regimiento. Todo parece ir sobre ruedas para los dos enamorados, pero aparece la Marchesa di Berckenfield, que dice que Maria es su sobrina y se la lleva a su palacio para educarla y de paso casarla con un buen partido. (Ver el resto del argumento AQUI).

 

En la escena que vamos a oir a continuación, grabada en directo en el Teatro la Fenice en la temporada 1975-76. Encontramos a Maria en el palacio de su tia la Marchesa di Berckenfield, que pone todo su empeño en convertir a la joven en una muchacha refinada, y por lo tanto le está enseñando una romanza al piano. Sulpizio, como buen padre vigilante y sargento al mando del regimiento, está al lado de Maria; y podemos decir que no ayuda en nada, antes al contrario, por hacer olvidar el regimiento a la joven. Así pues, la delicada canción se entremezcla con el canto del regimiento ante el horror de la señora marquesa. Es una escena evidentemente cómica en la que la soprano tiene que hacer ver que no sabe cantar de modo refinado. Dejamos la traducción del texto a continuación.

 

MARÍA
(Cantando)
El día estaba naciendo en el bosque,
y Cypris, descendía desde el cielo…

SULPICIO
(Aparte)
¡Nuestros cantos eran menos lánguidos!

MARÍA
Venia a buscar entre el follaje
el tan tierno objeto de su pasión.

SULPICIO
(En voz baja, a María)
Rataplán, rataplán, rataplán,
¡Es el cantar del regimiento!

MARÍA
Rataplán, rataplán, rataplán,
¡Es el cantar del regimiento!

MARQUESA
¡Pero, bueno! ¿Qué es lo que estoy oyendo?

MARÍA
¡Perdón! ¡Perdón tía!
Ha sido una distracción…

SULPICIO
Ha sido una distracción…

MARQUESA
(Frotándose las manos, con impaciencia)
¡Está bien! ¡Está bien! Volvamos a empezar.

MARÍA
¡Sí tía, perdón!

(Continua la canción)

Ese amante, a quien la misma Venus
había premiado por su valor…

SULPICIO
¡Rataplán, rataplán!

MARÍA
…el más amable…

(Ella duda)

MARQUESA
(Hablando)
Vamos, pues…

MARÍA
El más amoroso del país…
y de belleza…

(dudando)

de belleza…

SULPICIO
(Citando la canción del regimiento)
¡De belleza bastante suprema!

MARÍA
(Ha olvidado el texto y repite el estribillo)
¡De belleza bastante suprema!
Aquí está, aquí está…

MARÍA, SULPICIO
¡Diantre!

MARÍA
Aquí está, ahí está, ahí está…

MARÍA, SULPICIO
¡Pardiez
¡Aquí está, aquí está, aquí está,
el gran Veintiuno!

MARQUESA
¿Qué estáis diciendo?

MARÍA, SULPICIO
¡El gran Veintiuno!

(Aparte)

¡Ah! ¡Qué fastidio…! Su aire sensiblera
no se parece en nada a nuestros cantares.
Y siento que me resulta imposible
olvidarlos, por ahora.

MARQUESA
¡Qué horror! ¡Qué horror!

MARÍA, SULPICIO
¡Qué fastidio! ¡Qué fastidio!

MARQUESA
(Dando un golpecito al piano).
Continuemos.

MARÍA
Yo quiero, de verdad…., pero, ¡ay!
es que no comprendo nada

(…)

Al ver a Cypris, tan bella,
pronto, los ecos cercanos de la voz…

MARQUESA
(Apuntando)
de la celosa Philomele…

MARÍA
de la celosa Philomele…

MARQUESA
(Como antes)
eran suspiros de amor…

MARÍA
eran suspiros de amor….

MARÍA, MARQUESA
¡Los suspiros del amor!

SULPICIO
(En voz baja, a María)
Antes que todos los suspiros de la bella,
prefiero yo el tambor.

MARQUESA
Sobrina, ¡suspiremos juntas!

MARÍA, MARQUESA
¡Ah!…

MARÍA, MARQUESA
(Alternativamente)
¡Tra, la ra la!

MARÍA
¡… la la la!…

MARQUESA
¡No, no! ¡Así, no!
No, no, no, no…

MARÍA
(Gorjeando)
…la…

(Sulpicio imita el gorjeo
de María, riendo)

MARQUESA
(Hablando)
¡Eso es demasiado brillante!

MARÍA
(continuando)
Tra la la la…

MARQUESA
¡Más fuerte!

MARÍA
(obedeciendo)
Ah…

SULPICIO
¡Ah! Pero, es tal el encanto…

MARQUESA
¡No, no, no!

(María continua)

¡Más dulce! ¡Más dulce!
¡Está bien!

(María no se detiene)

¡Está bien! ¡Está bien!

(María se calla un momento)

¡Al fin…!

(María vuelve a comenzar haciendo trinos
cada vez más brillantes. La Marquesa se
apresura a buscar la página adecuada)

¡No! ¡bien! ¡Dios mío!….

MARÍA
(se para dando un grito)
¡Ah! ¡Qué tontería! Yo, renuncio.
Al menos, en el regimiento,
la canción salía sola.

MARQUESA
¡Oh, cielos! ¡Qué respuesta!

MARÍA
¡Adelante!

SULPICIO
¡Adelante!

MARÍA
¡Adelante!

MARÍA, SULPICIO
¡Es el cantar del regimiento!
¡Adelante! ¡Adelante!
¡Rataplán, plan, plan!
¡Adelante! ¡Adelante!
¡Es el cantar del regimiento!

MARQUESA
¡Ah! ¡Qué horror!

MARÍA, SULPICIO
¡Adelante! ¡Adelante!

MARQUESA
Pero, ¿es posible?

MARÍA, SULPICIO
¡Rataplán, plan, plan!

MARQUESA
¡Ah!

MARÍA, SULPICIO
¡Adelante! ¡Adelante!
¡Es el cantar del regimiento!

MARQUESA
(Mientras María y Sulpicio siguen
con su canción).
¡Ah! ¡Qué horror!
¡Mezclar una canción tan dulce,
una romanza tan sensible,
con un cantar de regimiento!
¡Ah! ¡Qué horror! ¡Qué horror!
¡Cómo es posible
mezclar una canción tan dulce,
una romanza tan sensible
con un cantar de regimiento!

 

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