Rolando Villazón - Concierto Verdi en el Palau de la Música de Barcelona

¿Cómo se siente el calor de hogar, no? Con estas palabras saludó Rolando Villazón al final del concierto dedicado a Giuseppe Verdi en el Palau de la Música Catalana de Barcelona ayer por la noche. Realmente hacía calor en la Sala de Conciertos del Palau, pero la temperatura ambiente se fue incrementando a medida que el concierto avanzaba gracias a la interpretación del tenor mexicano.
Rolando Villazón, acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional Checa con Gerassim Voronkov al frente, ofrecieron un concierto que estaba compuesto por las siguientes piezas:

I Parte:

Nabucco – Obertura

I Lombardi alla prima crociata – La mia letizia infondere (aria de Oronte)

I Masnadieri – Preludio

Il corsaro – Eccomi prigionero! (aria de Corrado)

Il mistero – Canción para voz y piano de G.Verdi con orquestación de Luciano Berio (1925-2003)

Luisa Miller – Obertura
Quando le sere al placido (aria de Rodolfo)

II Parte

Otello – Preludio

Oberto, corte di San Bonifacio – Ciel che feci!..Ciel pietoso (aria de Riccardo)

Macbeth – Balletti
O figli, o figli miei!…Ah! la paterna mano (aria de Macduff)

Deh, pietoso, oh Addolorata – Canción para voz y piano de G.Verdi con orquestación de Luciano Berio (1925-2003)

I vespri siciliani – Obertura

L’esule – Canción para voz y piano de G.Verdi con orquestación de Luciano Berio (1925-2003)

En entrevistas y promociones que ha hecho Rolando Villazón de su disco dedicado a Verdi, ha hablado con pasión de la obra del compositor de Busseto, ha dicho que la música de Verdi refleja perfectamente todas las pasiones y emociones que un ser humano pueda sentir. Pues bien, Rolando Villazón le puso pasión y emoción, la primera parte dejó el listón muy alto, y además en ella se cantaron dos arias importantes de tenor verdiano del programa: La mia letizia infondere y Quando le sere al placido.

Al final, el público puesto en pie no se cansaba de aplaudir y de hacer entrega de ramos de flores al tenor, lo que éste agradecía vivamente. No podían faltar los bises, y fueron tres: Non t’accostare all’urna, Il poveretto, y una última canción, jarra de cerveza en mano, en un Brindis jovial al público que llenaba la Sala de Conciertos

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