Según se cuenta en las notas de agencia de los periódicos, el debut de Rolando Villazón como director de escena en la Opera de Lyon sorprendió a más de uno. La ambientación de la ópera romántica de Massenet en un circo no dejó indiferente al público que asistió al estreno.
La adaptación de Villazón se caracteriza por el empleo de un escenario minimalista en el que destaca una enorme jaula con un columpio en el interior. Éste es uno de los numerosos guiños metafóricos que hacen referencia al mundo del subconsciente.
La ovación con la que el público alabó tanto la labor escénica de Rolando Villazón como la labor de los intérpretes, Arturo Chacón-Cruz, Karine Deshayes, Lionel Lohe y Anne- Catherine Gillet, fue larga y entusiasta.
Sin embargo, y a pesar de ese primer éxito como director escénico, Rolando Villazón manifestó que este trabajo no va a sustituir su labor como tenor, teniendo su agenda repleta de actuaciones en los próximos meses.
Esperamos, sin embargo, poder ver y disfrutar de su creatividad en otras producciones y que al igual que ésta sean un modo de renovar el eterno mensaje que tiene la ópera.
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