ESCENAS DE MUERTE EN LA ÓPERA: ESCENA FINAL DE MUERTE EN VENECIA DE BENJAMIN BRITTEN
Si toda la ópera Muerte en Venecia de Britten resulta impactante, la escena de muerte al final de la misma, sumerge al espectador en un profundo sentimiento de soledad, vacío y tristeza.
Recordemos brevemente el argumento, que por otra parte, está hecho más de sensaciones que de acción. Gustav von Aschenbach, turista y famoso novelista alemán, viaja a Venecia en busca de una inspiración que siente que ha perdido. En el hotel donde se hospeda, se cruza con una familia polaca, una madre con sus hijos. Ente ellos está el adolescente Tadzio. Aschenbach siente una profunda atracción por el joven, acabando por reconocer que se ha enamorado de él.
Durante toda la ópera se establece un intercambio de miradas. Tadzio no es ajeno al interés que ha despertado en el escritor y parece que a medida que transcurre la acción su juventud se manifiesta con más fuerza, a la par que la debilidad de Aschenbach se va haciendo cada vez más patente.
Una epidemia de cólera asola Venecia. El hotel se va quedando vacío, los huéspedes se van y entre ellos la familia de Tadzio. Sólo queda Aschenbach, demasiado débil, demasiado dolido para partir. Partirá, pero de otro modo. Morirá frente al mar de una Venecia que le ha proporcionado la última visión de la belleza y el último sentimiento amoroso de su vida.
Veremos esta escena de Muerte en Venecia perteneciente a una producción del Gran Teatre del Liceu y el Teatro Real. Los intérpretes que intervienen en ella son Hans Schöpflin y Scott Hendricks. La dirección de escena es de Willy Decker y la musical es de Sebastian Weigle.
Merece la pena escuchar los comentarios que se hacen al final de la escena porque nos narran algunas características de la ópera Muerte en Venecia de Britten.
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