L’ENFANT ET LES SORTILÈGES – MAURICE RAVEL
Introducción
Hace un tiempo dedicamos este espacio a la primera ópera de Maurice Ravel, L’heure espagnole. Hoy vamos con la segunda: L’enfant et les sortilèges (El niño y los sortilegios), una ópera que si se tiene la ocasión de encontrarla en un reparto merece la pena y es ideal para llevar a los más jóvenes a verla; por el tema y la duración que es breve.
L’enfant et les sortilèges
L’enfant et les sortilèges: Fantaisie lyrique en deux partes es una ópera en un acto, con música de Maurice Ravel y libreto de la escritora francesa Sidonie-Gabrielle Colette. Escrita desde 1917 hasta 1925, la ópera fue estrenada en Montecarlo en 1925 bajo la batuta de Victor de Sabata.
Después de habérsele ofrecido la oportunidad de escribir una obra musical, Colette escribió el texto en ocho días. Propusieron varios compositores a Colette para escribir la música, pero ella sólo se entusiasmó con la perspectiva de Ravel.
Argumento
Lugar: antigua casa de campo en Normandía
Parte 1
Esta es la historia de un niño grosero que es reprendido por su madre por no haber hecho sus deberes. Después de ser regañado, el niño tiene un berrinche y destroza los objetos que hay en su habitación. Entonces se sorprende al ver que los objetos de su habitación cobran vida. Los muebles y la decoración empiezan a hablar. Incluso sus deberes se transforman en un maestro viejo rodeado de un coro de niños.
Parte 2
El dormitorio se convierte en un jardín lleno de animales y plantas cantando que han sido torturados por el niño. El niño intenta hacer las paces con los animales y las plantas, pero huyen de él debido a las heridas que les causó antes de que pudieran hablar. Lo dejan de lado, y en su soledad, finalmente grita llamando a su mamá. A raíz de esto, los animales se le echan encima y le atacan, pero los animales terminan a empellones entre ellos formando una bola y el niño aprovecha para hacerse a un lado. Una ardilla se hace daño y los animales dejan de pelearse. Ante la sorpresa de todos, el niño venda a la ardilla, que se desmaya agotado. Los animales se apiadan del niño, y deciden intentar ayudarlo en casa. Lo llevan de vuelta a su casa, y cantan en alabanza al niño. La ópera termina con el niño cantando «Maman», saludando a su madre, en el último compás de la partitura.
Vamos a ver la producción de la Ópera Nacional de Lyon.