LES CONTES D’HOFFMANN – Prólogo y Acto I – Met 2009, Levine, Calleja

LES CONTES D’HOFFMANN – PROLOGO. ACTO I (HISTORIA DE OLYMPIA)

ARGUMENTO

En el Prólogo de la ópera encontramos a Hoffmann,un poeta, en la taberna de Luther acompañado por su amigo Nicklausse. La taberna está justo al lado del teatro donde se representa Don Giovanni, función en la que actúa Stella, de la que Hoffmann está enamorado.
Pero Hoffmann no es el único que pretende a Stella, el consejero Lindorf también está enamorado de ella, y llega a la taberna con Andres, el sirviente de Stella. Éste lleva una carta de la actriz destinada a Hoffmann, para tener una cita con él. Lindorf consigue que esa carta no llegue nunca a las manos de Hoffmann y así se asegura de que la cita no tenga lugar.
En el intermedio de la representación el público entra a beber a la taberna y le piden a Hoffmann que interprete una canción. Hoffmann canta la canción de Kleinzach, un enano deforme. Mientras canta tiene lavisión de una mujer muy hermosa. Cuando acaba, él y Lindorf discuten y sus amigos achacan su nerviosismo al hecho de estar enamorado. Hoffmann lo niega y se ofrece a contarles tres historias acerca de sus amores. Sus amigos aceptan, se olvidan de la función de teatro y se disponen a escuchar la primera de las historias: la historia de Olympia.

HISTORIA DE OLYMPIA (Acto I)

Spalanzani, un constructor de artefactos mecánicos, está en su casa ultimando la mejor de sus obras: Olympia, una muñeca mecánica que tiene la apariencia de una muchacha de carne y hueso.
Hoffmann acude a casa de Spalanzani ya que se ha enamorado locamente de Olympia, y se manifiesta interesado en seguir lecciones con el maestro con tal de estar cerca de su amada.
Spalanzani va a dar una fiesta para presentar a Olympia, y cuando se va a preparar para la reunión, Hoffmann descubre a la muñeca y le manifiesta su amor por ella. Llega Nicklausse implorando a su amigo que deje de hacer el ridículo por esa muñeca, pero es en vano.
Llega el diabólico doctor Coppelius, que es quien ha dado los ojos a Olympia para que su apariencia resulte realmente real y pretende cobrar por su trabajo. Spalanzani tras muchos ruegos le entrega un cheque. Coppelius le vende a Hoffmann unas gafas que harán que vea a Olympia mucho más hermosa si cabe. Aparece Olympia y ante todos los invitados canta una canción.
Ignorando los consejos de Nicklausse, Hoffmann vuelve a declarar su amor a Olympia, que solo responde con monosílabos.
Cuando da comienzo el baile, Hoffmann baila con Olympia, cuyo mecanismo empieza a descontrolarse, rompe las gafas de Hoffmann y se rompe en pedazos. Coppelius se alegra por haber recibido un cheque sin fondos, y considera que lo sucedido es lo justo. Hoffmann, que ve la realidad, se horroriza por haberse enamorado de una muñeca ante la hilaridad de todos. Como siempre Nicklausse le sirve de consuelo y se lo lleva de la casa.

Rachele Gilmore interpreta el aria de Olympia Les oiseaux dans la charmille

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