Francis Poulenc (París, 7 de enero de 1899 – París, 30 de enero de 1963)
Si en la música francesa ha habido un enfant terrible, este podría ser Francis Poulenc. Inmerso en el movimiento surrealista, formó parte del grupo de vanguardia de la música francesa llamado le Groupe des Six, junto a Darius Milhaud, Germaine Tailleferre, Artur Honegger, Geroges Auric y Louis Durey.
Poulenc escribió numerosas piezas orquestales y también canciones e incluso piezas sacras como el Stabat Mater. Pero centrándonos en su labor como operista, destacamos los tres títulos que le valieron para formar parte de todos los recopilatorios de la historia de la ópera.
En 1944, Poulenc escribe la ópera bufa en un prólogo y dos actos, con texto de Apollinaire, Les mamelles de Tirésias, que tiene una música original, en algunos momentos tierna y en otros rozando el más puro estilo del music hall.
Veamos un fragmento de la producción de la Ópera de Lyon (2010) con Hélène Guilmette, Ivan Ludlow y Werner Van Mechelen. La dirección escénica es de Macha Makeïeff y la musical corre a cargo de Ludovic Morlot.
La ópera de más éxito de Francis Poulenc fue Les dialogues des Carmelites (1957), basada en un texto de Georges Bernanos. De esta ópera ofreceremos dos fragmentos. El primero es el aria de Madame Lidoine, Mes filles. Está interpretada por Shirley Verret, en el estreno de esta ópera en el Metropolitan Opera House de Nueva York en 1977.
Y no podía faltar el sobrecogedor final, con las carmelitas condenadas a muerte, entonando un Salve Regina y el Veni Creator, que se mezcla con el sonido de la hoja de la guillotina al caer.
Se trata de una produción de la Opéra National du Rhin, 1999. Anne Sophie Schmidt (Blanche), Hedwig Fassbender (Mere Marie), Patricia Petibon (Soeur Constance), Valerie Millot (Madame Lidoine). Orchestre Philmarmonique de Strasbourg Choers de L’Opera national du Rhin Director : Jan Latham-Koenig.
La última ópera de Francis Poulenc fue La voix humaine (1958), monólogo para soprano en un sólo acto, con texto de Jean Cocteau. Renata Scotto es la intérprete. Gran Teatre del Liceu (1996)