Jacques Offenbach ( 20 de junio de 1819, Colonia – 5 de octubre de 1880, París)
Aunque nacido en Alemania, Jacques Offenbach es uno de los grandes representantes de la ópera francesa y también de la opereta.
Offenbach se trasladó de joven a Paris para estudiar música. Buscó inspiración en modelos clásicos y románticos como pueden ser Mozart y Schubert, pero la vida de un músico se ve condicionada a veces por la necesidad, y Offenbach se dedicó a componer piezas de salón y vodeviles. Sumergido en este género fundó la Bouffes-Parisiens, donde pudo estrenar muchas operetas de un acto hasta que llegó el triunfo con Orfeo en los infiernos (1858), opereta en cuatro actos con una sátira sobre el mito de Orfeo, tan utilizado en la ópera a la que añadió ribetes políticos que aludían a la figura de Napoleón III, algo que no gustó al orden establecido pero que al público le encantó y se hizo muy popular.
En los años siguientes, otras operetas como La Bella Helena y La vida parisina llevaron su fama por toda Europa, y Offenbach siguió componiendo convirtiéndose en uno de los creadores más prolíficos de su época.
Sin embargo, la guerra franco-prusiana cambió todo esto. Offenbach, que era conocido por su caráter jovial y generoso, sufrió vejaciones a causa de sus orígenes judíos, a pesar de haberse convertido al catolicismo, lo que tras otras muchas vicisitudes le convirtieron en un hombre pesimista. Este temperamento se ve en su gran obra: Les contes d’Hoffmann.
A continuación un pasaje de esta ópera, es el concertante del acto de Giulietta, Helas, mon coeur s’égare encore. Con Plácido Domingo como Hoffmann y Agnes Baltsa como Giulietta. Recomendamos esta versión de la Royal Opera House.