KATHLEEN FERRIER – RECORDANDO GRANDES VOCES DEL PASADO
Kathleen Ferrier poseía una de las voces de contralto más bellas de la historia. Hoy le dedicamos este espacio a ella.
Nacida en Blackburn, Lancashire, Inglaterra el 22 de abril de 1912; murió en Londres el 8 de octubre de 1953.
Kathleen Ferrier, digame
Nos ha sorprendido saber que Kathleen Ferrier dejó la escuela a los catorce años y se puso a trabajar como telefonista. Suponemos que debía ser un placer escuchar su voz al hacer una llamada, en aquellos tiempos en los que todo pasaba por la telefonista. Aquí pues nos encontramos con unos inicios poco corrientes. Su vida era de lo más normal. Casada con un director de banca, su vida no diferiría mucho de la de tantas mujeres de su época.
El matrimonio se trasladó a la localidad de Carliste, al norte de Inglaterra. Precisamente en esa ciudad empezó todo. Su marido la desafió a que no sería capaz de concursar en una competición de canto. Ferrier era profesora de piano, y había planeado presentarse sólo como pianista. Pero, suponemos que picada un poco en su amor propio, se presentó a la de canto también. Y ganó en ambas categorías.
Así fue como empezó su carrera de cantante, y como se dió a conocer a la opinión pública.
Su carrera, sus grandes interpretaciones
Benjamin Britten escribió específicamente para ella, incluyendo Lucretia en La violación de Lucrecia, Abraham and Isaac (también escrito para Peter Pears), y una parte de Spring Symphony (1949). Trabajó con muchos directores famosos, como Bruno Walter, John Barbirolli, Malcolm Sargent, Clemens Krauss, Herbert von Karajan, Eduard van Beinum y el propio Benjamin Britten. También cantó con muchos cantantes reputados de aquellos tiempos, como Isobel Baillie, Elisabeth Schwarzkopf, Julius Patzak y Peter Pears.
Entre otros compositores que escribieron específicamente para ella fueron Lennox Berkeley, Arthur Bliss y Edmund Rubbra.
Ferrier sobresalió con la música de Mahler, de Bach y de Handel. Así como en canciones de Schubert, de Schumann y de Brahms.
Su punto álgido fue como Orfeo en Orfeo y Eurídice de Christoph Willibald Gluck en el Royal Opera House en febrero de 1953, cuando se rompió un hueso de la pierna durante la actuación pero continuó cantando.
La voz de Kathleen Ferrier
La vamos a escuchar en unas piezas de ópera barroca puesto que sobresalió en ella. Como curiosidad diremos que su timbre único estaba justificado debido a una anomalía médica: su garganta era excepcionalmente ancha.
Che farò senza Euridice de Orfeo et Euridice de C.W. Gluck
Che puro ciel de Orfeo et Euridice de C.W. Gluck
Ombra mai fù de Serse de G.F. Handel
La de Kathleen Ferrier es de esas voces que no deben olvidarse. Hay que traerlas del pasado y gozar de ellas.
Interesante y didáctico artículo. Gracias. Congratulaciones.
Gracias Rosa, Ferrier es una de las voces grandes en la historia de la lírica.
¡ Qué bella y poderosa voz! Gracias por recordárnosla y gracias por su blog tan educativo.
Gracias a ti!
Absolutamente divina la gran Ferrier. Lloró desde la primera nota de cualquier cosa que cante. Qué pérdida desaparecer a los 41 años.
Hay voces que te conmueven, y la suya es una de ellas.