Norma, las dos caras de Norma

NORMA, LAS DOS CARAS DE NORMA

 

Norma

 

Introducción

La idea de escribir este artículo titulado Las dos caras de Norma me vino regalado por unas frases de una de sus grandes intérpretes, sino la que mejor la ha cantado: Montserrat Caballé.

En un programa de mano he encontrado lo siguiente: «No creo que exista un personaje más falso que Norma. Una sacerdotisa que se burla de sus principios, una madre que rechaza a sus hijos y una amiga que traiciona la amistad. Solo consigue redimirse al final…Casta diva es, en realidad, un canto esencialmente falso, en el que Norma invoca a su dios amado mientras piensa en su hombre amado» (Montserrat Caballé)

Pues vamos a ver estas dos caras de este personaje extraordinario de la historia de la ópera surgido de la inspiración de Vincenzo Bellini.

La historia

Basicamente en el párrafo anterior las palabras de Montserrat Caballé resumen lo que nos narra la ópera, pero lo vamos a ampliar. La sacerdotisa protagonista de nuestra historia mantiene a los druidas sujetos a las órdenes de los romanos. Les dice que su dios no quiere que se levanten contra ellos. Argumenta que Roma caerá por sus propios vicios.

Aquí vemos que sí, que en realidad actúa falsamente, porque el motivo verdadero es que ella mantiene una relación sentimental con Pollione, el procónsul romano gobernador de la Galia, con el que ha tenido dos hijos secretos. Su condición de sacerdotisa le prohibe cualquier relación amorosa.

Ya sabemos que Pollione pretende abandonarla porque se ha enamorado de otra sacerdotisa: Adalgisa, que además es la gran amiga de Norma.

 

Las dos caras de Norma

Por supuesto es Montserrat Caballé quien nos va a mostrar las dos caras de Norma, primero con la cavatina Casta diva.

El aria Casta diva, que encontramos en el acto I, enmarca el rito que cumple la sacerdotisa al cortar el muérdago en una noche de luna llena, en su oración invoca la paz, aunque ya sabemos que tiene otros motivos más ocultos.

 

 

La otra cara es cuando confiesa a Oroveso su pecado y se declara culpable. Es la cara humilde, que suplica a su padre para que cuide a sus hijos, para que no los convierta en víctimas de su error. Realmente es un momento sumamente dramático, pero en el que ella se muestra sincera, limpia de toda estratagema, quiere morir en paz y Bellini le escribió esta maravillosa escena.

 

NORMA
(siempre en voz baja, a Oroveso)
¡Ah! No los conviertas en víctimas
de mi error fatal.
¡Ah! no los trunques, en la flor
de su inocente edad.
Piensa que son tu sangre,
y ten piedad de ellos,
¡ah, padre, de ellos ten piedad!

POLLIONE
Se siente ya conmovido.

OROVESO Y CORO
¡Llora! ¡Reza!

NORMA
Lloras, padre?
Llora y perdona.
¡Ah! me perdonas.
Tu llanto me lo dice.
No te pido más. Soy feliz.
¡Ah! No te pido más, ah, no.
Contenta subo a la hoguera.

POLLIONE
¡Oh cielos! ¡Oh cielos! ¡Ah, sí, cielos!
¡Ah, no pido más!
Contento subiré a la hoguera.

OROVESO
Siento el corazón oprimido.
¡Ha vencido el amor, oh cielos
¡Ah! sí. ¡Oh, dolor! ¡Oh, dolor!
¡Hija! ¡Ah!
Jamás podré, ¡ay!, consolarme.

CORO
Qué es lo que espera?
Su plegaria debe ser rechazada.
Despójesela de su corona.
Cúbrasela de luto. ¡Ah, sí, llora!

POLLIONE
¡No pido más, oh cielos!
¿Puede ser cierto? ¡Ah, sí!
¡Ah!, sí. ¡Oh, cielos!, etc.

NORMA
¡Padre, ah, padre!
Me lo prometes?
¡Ah! ¡Me perdonas!
Estas lágrimas lo dicen, etc.

OROVESO
¡Ah! Cesa infeliz.
Te lo prometo, ¡ah! Sí.
¡Ah! sí. ¡Oh dolor! ¡Oh dolor!
¡Hija! ¡Ah!
¡No podré jamás consolarme!

CORO
Qué es lo que espera?, etc.

¡Ve a la hoguera!

OROVESO
¡Ve, infeliz!

NORMA
(encaminándose)
¡Padre, adiós!

CORO
Ve a la hoguera y que tu castigo
purifique el altar y purifique el templo,
¡maldita seas en la hora de tu muerte!

POLLIONE
Tu hoguera, Norma, es la mía;
¡más santo
comienza en ella el eterno amor!

NORMA
(se vuelve una vez más)
¡Padre, adiós!

OROVESO
(la mira)
Adiós.

De la misma producción de Orange de 1974 con Agostino Ferrin como Oroveso y Jon Vickers como Pollione.

 

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