LAS CANCELACIONES EN LA ÓPERA
Cada año, por estas fechas más o menos, los teatros de ópera anuncian la programación para la próxima temporada, tras este anuncio y al cabo de unas semanas, normalmente, se ponen a la venta las entradas para los espetáculos anunciados. El público, algunos abonados y otros no, después de consultar las programaciones, hace su elección en base a sus gustos musicales así como a sus preferencias en lo que respecta a los intérpretes. Ésta última es la opción que más atrae. Oir cantar en directo a uno de los nombres más aclamados del momento es siempre una tentación que pocos aficionados pueden resistir.
Se compran las entradas, da lo mismo si son caras o baratas o mejor dicho, no tan caras. Lo que queremos es oir en vivo a fulano o mengano, y ¿qué es lo que ocurre en muchos casos? pues que una vez se ha vendido todo en unos casos, o bien antes de que se pongan a la venta, el teatro anuncia cambios en el reparto y esa voz por la que hemos pagado o nos ilusionaba oir, desaparece del cast. Meses antes de la fecha de programación.
No estamos hablando de una cancelación por enfermedad o por otras circunstancias personales que se presentan de improviso, el cantante es un ser humano y por lo tanto está sujeto a padecer o sufrir cualquier contratiempo en su vida o en su salud. Esto es perfectamente comprensible y no hay discusión. Estamos hablando del hecho que meses antes de cantar una ópera determinada, un cantante cancela. ¿Por qué? Las agendas de los cantantes no se hacen de hoy para mañana, las actuaciones se preveen años antes. Es decir, uno de nosotros probablemente no sabrá lo que hará en mayo del año 2019, pero un cantante de ópera nos podría decir exactamente en que ciudad estará, y que ópera cantará. No entiendo pues que si esto se prepara con tantísima antelación, después ocurran estas cancelaciones. No queremos ser mal pensados pero a veces parece que los teatros nos quieran atraer con nombres de campanillas para luego cambiar y donde se esperaba a uno luego venga otro. Que puede que sea tan bueno como el otro, pero no es lo que nos habían dicho con tanta antelación.
Toda esta reflexión ha venido a cuento por la anunciada cancelación de la soprano Anna Netrebko de su debut como Norma en la ROH para esta temporada próxima, y para la del Metropolitan de la de 2017-2018. La señora Anna Netrebko ha emitido un comunicado para aclarar el motivo, siempre es de agradecer, y explicar que el proyecto que empezó a trabajar hace cuatro años con Antonio Pappano ahora no es posible por la evolución que ha seguido su voz, y antes de que se pongan en venta las entradas, prefiere ser honesta y decir que no va a ser ella la intérprete de la ópera de Bellini. Pues muy bien, pero ¡faltaría más que no lo comunicara!. Lo que nos lleva a pensar que tal vez no sea tan habitual que un intérprete avise al público de la imposibilidad de cantar un rol determinado, y por ello se cancelen y haya tantos cambios de nombres en los repartos. Diremos que en la ROH, será Sonya Yoncheva la que ocupará el puesto de Netrebko y en el Met será Sondra Radvanovsky. Seguro que serán unas buenas representaciones de una de las óperas más populares de la historia.
Es, por otra parte, muy lícito que un cantante quiera abordar nuevos roles en su repertorio, y a pesar del interés o las ganas, al final no sea posible aunque se prepare con mucho tiempo de antelación, pero recordemos por otra parte que la fecha para la Norma de Londres era del 12 de septiembre al 8 de octubre, y creemos que lo mismo que saben hoy la soprano rusa y el teatro lo sabían hace medio año, cuando aún no se había anunciado nada.
No queremos decir que un cantante deba cantar si o si un rol para el que no se siente o está preparado, pero a veces tantas cancelaciones a meses vista nos hacen pensar que falta un poco o un mucho de seriedad a la hora de programar por parte de los teatros. Los intérpretes no son máquinas y a veces parece que teatros y programadores quieren asegurarse nombres para atraer al público que luego no pueden ser.






